Los obispos españoles han manifestado su apoyo a monseñor Reig Pla y al Centro de Orientación Familiar (COF) del obispado de Alcalá de Henares, denunciando la manipulación mediática por los famosos cursos de homosexualidad. El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, en rueda de prensa, ha destacado que si bien “la homosexualidad no se cura”, los objetivos de los cursos de dicha diócesis son el acompañamiento y la “sanación espiritual”. Asimismo, ha denunciado la “eucaristiafobia”, al hilo de las personas que irrumpieron en la Catedral de Alcalá durante el culto.

Paralelamente, los prelados han insistido en defender la vida frente a la eutanasia -que estos días vuelve a acaparar la atención mediática-, el aborto e incluso “la muerte consentida de tanta gente en el Mediterráneo queriendo entrar a Europa”, ha señalado . Y es que consideran que “la muerte provocada nunca es la solución a los conflictos” en ninguno de los casos citados. Y todo esto no es baladí, teniendo en cuenta el importante invierno demográfico que vive España: sin embargo, "se cometen casi 100.000 abortos al año y no pasa nada, se niega la entrada a migrantes… al tiempo que se protesta por el abandono rural". “Los nuevos nacimientos y la acogida a migrantes” ayudarían a paliar dicho abandono.

Denuncia la "eucaristiafobia", tras el ataque de varias personas que irrumpieron en la Catedral de Alcalá durante el culto

“¿Quién puede decir que apoyar la vida no es progreso?”, se ha preguntado. Es más, ha recordado que el Código de Deontología Médica establece que “el médico nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de petición expresa por parte de éste”. Asimismo, la Iglesia apuesta por “la defensa de la vida y los cuidados paliativos, pero no está a favor del ensañamiento terapéutico”, así como por “ayudar a los cuidadores a sobrellevar este momento tan singular en el que la persona está dolorida, sufriente, sin esperanza, ofreciéndole compañía y cuidado”.

Al hilo del suicidio asistido de María José Carrasco, enferma terminal, con la ayuda de su marido, Ángel Hernández, quien fue detenido y puesto en libertad el jueves, monseñor Argüello ha puntualizado que no piensa en la cárcel para este último. “No estoy hablando, Dios me libre, de pensar en la cárcel para nadie en este caso, pero sí en la necesidad de que implementemos un apoyo a todo lo que no sea que la muerte sea la solución para los problemas”.

Subraya que los consagrados que han abusado de menores son un grupo minoritario en el conjunto de la sociedad

En la rueda de prensa para informar de la Asamblea Plenaria de primavera celebrada entre el lunes y este viernes, también ha aparecido otro tema polémico (los abusos a menores), pero el portavoz de los prelados ha sabido salir bastante bien del paso.

Monseñor Argüello ha subrayado que los consagrados que han abusado de menores son “un grupo minoritario en el conjunto de la sociedad”, pero la Iglesia ha reconocido que lo ha hecho mal y ahora se afana en luchar contra esta lacra. De hecho, la española es “la primera Conferencia Episcopal del mundo que solicita un decreto general a la Santa Sede para poder legislar en todo su territorio en torno a la protección de menores”. Claro, que también les preocupan los victimarios que no son eclesiásticos y los que son acusados injustamente, pues “aunque el número de acusaciones falsas es pequeño, también las hay, pero ya tienen la pena de telediario y de portada, quedando marcados”.