A Francisco González (FG) no se le puede achacar la crisis que vive Turquía ni la depreciación de la lira que, desde enero, ha perdido casi un 50% de su valor frente al dólar. No, el presidente del BBVA no tiene la culpa. Ahora bien, de lo que sí es responsable es de la exposición del banco a la economía turca, un país gobernado por un tal Recep Tayyip Erdogan, al que le gusta tanto la democracia como a los gatos el agua de la piscina. No es broma: inició su mandato en julio con una purga de 18.000 funcionarios, sobre todo policías y militares.

Ahora, y en medio de toda esta tormenta, Erdogan niega que el país esté atravesando una crisis económica. Eso sí, por si acaso, el banco central truco ha anunciado que, llegado el momento, aportará toda la liquidez necesaria para asegurar la estabilidad financiera. Unas declaraciones que lejos de tranquilizar, dan a entender que la situación económica aún no ha tocado suelo.

FG no tiene la culpa de la depreciación de la lira turca pero sí es responsable de la elevada exposición del BBVA a Turquía

En ese país es en el que, por alguna extraña razón, FG se empeñó en entrar comprando el 25% de Garanti Bank por 4.195 millones de euros. Era noviembre de 2010  y, evidentemente, Turquía no vivía la crisis actual. Eso sí, ya presentaba un grado de incertidumbre elevado, algo que a FG le ha importado poco. Por eso, ha ido ampliando la participación en Garanti hasta el 49,8% actual a pesar de la deriva cada vez más autoritaria del demócrata Erdogan. Las advertencias han sido tan constantes como inútiles: Turquía ha pasado de ser el tercer mercado del BBVA -aporta el 12% del beneficio- al mayor problema del grupo. Y el responsable de esta situación es FG.

Al fiasco turco se unen los fracasos en China y en EEUU, las otras dos grandes apuestas internacionales del presidente. Al final, la única filial extranjera que ha funcionado ha sido el mexicano Bancomer, un mercado que FG no quería ver ni en pintura.

 Al final, la única filial extranjera que ha funcionado ha sido el mexicano Bancomer, un mercado que FG no quería ver ni en pintura

La situación es preocupante y deja tocado al presidente de la entidad en vísperas de su jubilación, prevista para 2019 (en octubre de ese año cumplirá 75). No obstante, él sigue empeñado en la banca digital, algo que no le está salvando, a pesar del premio otorgado hace una semana a Garanti, como mejor banco minorista de Turquía. Tampoco, como ha difundido la entidad este lunes, el hecho de haber vendido más de 10 millones de unidades por canales digitales hasta junio, casi el doble que en 2017.

Todo esto está muy bien, pero es insignificante si lo comparamos con el auténtico problema del banco: su exposición a Turquía que ha llevado al BCE a estrechar su vigilancia sobre la entidad y que ha provocado la desbandada de inversores. A dos horas del cierre de la sesión, las acciones del BBVA pierden algo más del 3%. En lo que llevamos de agosto, la entidad ha perdido 5.500 millones de euros de capitalización.

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