En Irak, después de 4 años “hay todavía un clima de incertidumbre” entre los cristianos que huyeron de Mosul y de la llanura de Nínive, porque la obra de la reconstrucción “continúa, pero lentamente” y más allá de las casas hay que “necesariamente garantizar un futuro a través del trabajo”, según cuenta a AsiaNews, el p. Paolo Thabit Mekko, describiendo el lento renacimiento de Mosul y de la llanura de Nínive a un año de la victoria -militar- sobre las milicias yihadistas del Estado islámico (EI), que tuvieron esta región como su bastión por un largo período. “La situación general de incertidumbre que se respira en el país  -agrega el sacerdote-  aumentada por estar en un punto muerto la formación del nuevo gobierno y las acusaciones de fraude, contribuyen a complicar aún más la situación y generar nuevos miedos.

Después de años de violencias y terror efectuadas por las milicias de Daesh (acrónimo árabe para señalar al Estado Islámico), hoy en el sector oriental de Mosul la vida es normal y también es mucho más fácil desplazarse dentro de los barrios occidentales. Desde las aulas de las escuelas a las fábricas, a las pequeñas empresas, el renacer de la metrópolis del norte pasa a través del relanzamiento de la escuela, del trabajo y de la apertura de espacios comerciales impensables en la época del “califato”.

En estas últimas semanas, refiere el p. Paolo, “al menos 100 familias cristianas” volvieron al sector oriental de Mosul, sobre la ribera izquierda de río Tigris, que sufrió menos devastaciones de parte del EI. “Un primer grupo -prosigue- aunque no se pueda todavía hablar de estabilización. Es la reapertura en las próximas semanas de la iglesia caldea de S. Pablo. Será un momento significativo para toda la comunidad”.

En la ciudad la situación de las casas habitadas un tiempo por las familias cristianas “es buena”; pocas fueron destruidas y gran parte fueron ocupadas por los musulmanes. Ahora se está tratando de obtener la restitución

En la ciudad la situación de las casas habitadas un tiempo por las familias cristianas “es buena”; pocas fueron destruidas y gran parte fueron ocupadas por los musulmanes. Ahora se está tratando de obtener la restitución. En la llanura de Nínive, subraya el sacerdote, la realidad es “diversa” porque “los daños son mayores, muchas de ellas fueron incendiadas” y es necesario “acelerar los trabajos de reconstrucción”.

Entre los que van y vienen están los estudiantes universitarios de Karamles que, cada día, recorren el trayecto que los separa de la ciudad de la llanura de Nínive de su universidad. “La situación en la ciudad -narra el sacerdote- es de relativa estabilidad y hay una libertad de movimiento. Esto vale para los dos sectores el oriental y el occidental, donde surge la ciudad vieja y es afectado mayormente. En los días pasados fui personalmente a la zona, para visitar a algunas familias de dignatarios musulmanes y festejar el fin del Ramadán. Con ellos hemos hablado del renacimiento de Mosul, que no puede prescindir de los cristianos, pedido expresamente por los líderes musulmanes moderados”.

A 4 años del ascenso del Estado Islámico, y a un año de su derrota militar, el futuro continúa siendo incierto

Mientras tanto la Iglesia caldea renueva su propia misión dirigida en “proteger, promover e integrar” a cuantos han perdido todo, a partir de sus casas, por mano yihadista. Muchas de estas familias son todavía evacuadas internas o emigraron al exterior, en condiciones de extrema precariedad e incertidumbre. Conforta mucho la invitación del Papa Francisco en su Mensaje 2018 para la Jornada mundial de los emigrantes y del refugiado, mientras se celebraba en todo el mundo la Jornada del Refugiado lanzada por la Onu.

“La gran parte de los refugiados -narra el p. Paolo-  vive todavía en Kurdistán iraquí. Uno de los problemas más graves es la desocupación, la falta de un trabajo que deja una sombra sobre el futuro y sobre el renacer de toda la zona. Reconstrucción, reanudación de las actividades son factores claves para la vuelta de centenares de miles de exilados, sobre todo de aquellos que se fueron al extranjero”. “A 4 años del ascenso del EI -concluye- y a un año de su derrota militar, el futuro continúa siendo incierto para nosotros”.