• El grupo Tres Gargantas, primer accionista, eleva su participación del 21,35% al 23,27% tras invertir 208 millones.
  • El Gobierno luso no pone pegas a los chinos ni a los fondos, al tiempo que EDP echó a Iberdrola y pudo comprar Hidrocantábrico.
  • Los chinos no añaden un paquete decisivo para el control hegemónico que ya tienen de EDP, pero enseñan sus uñas a GNF.
  • Han adquirido 70 millones de acciones, pero están lejos del 30%, que les obligaría a lanzar una OPA sobre la energética portuguesa.
Los chinos de Tres Gargantas (Three Gorges Corporation) han ampliado su participación en la energética lusa EDP (Energías de Portugal) del 21,35% al 27,3% con la compra de 70 millones de acciones (equivalentes a una inversión de 208 millones). No se trata, en efecto, de la adquisición de un paquete determinante, pero es una paso más, en cualquier caso, contra los planes de Gas Natural Fenosa,. GNF se ha fijado en la portuguesa para aumentar tamaño, pero esas intenciones no la ven con buenos ojos ni el accionista hegemónica, ni el Gobierno luso, ni el equipo directivo que preside Antonio Mexia (en la imagen), aunque lo ha dicho en privado, no en público. Los chinos desembarcaron en EDP hace seis años, sin ninguna pega del Gobierno portugués, con una inversión de 2.700 millones, convirtiéndose en accionista de referencia, a distancia del resto, Capital Group (12%) o la sociedad Oppidum (7,19%) que controlan Liberbark y la Corporación Masaveu. Paradójico, en cualquier caso, cuando EDP es la misma eléctrica que echó de su capital a Iberdrola (6,6%), al tiempo que recibió los permisos para hacerse en España con Hidrocantábrico, a la que aspiraba Fenosa. No es, desde luego, un trato proporcional. China Three Gorges no ha recibido con agrado que se dice una posible fusión con Gas Natural, cuyo efecto sería quedar como segundo accionista de EDP, en la que ahora gobierna. En efecto, quedaría por debajo de la participación de La Caixa, que según los cálculos de los analistas del Sabadell, tendría la mayor participación, con un 12,2%. Pero tampoco se ha acercado al 30%, que le obligaría a lanzar una OPA. Como ya les hemos contado, el plan de Gas Natural es comprar primero EDP y después, Endesa. Con la primera operación, daría el salto a un salto a una compañía ibérica, y después, con Endesa, se situaría entre las grandes europeas. Lo que ahora pasa es un ejemplo más, en fin, de cómo los portugueses reparten sus redes estratégicas entre chinos o fondos. Pasó lo mismo con la venta por EDP de su filial Naturgas, la segunda red de distribución de gas después de la de GNF. La portuguesa se la vendió, por 2.591 millones, a un consorcio liderado por JP Morgan Infraestructure, en el que están también Swiss Life o el brazo financiero del Gobierno de Abu Dhabi. Con ese dinero financió además, la OPA sobre la parte que no controlaba (22,5%) de su división verde EDP Renovables, con sede en España. Rafael Esparza