• Monte dei Paschi di Siena no consigue cubrir la ampliación de 5.000 millones.
  • La alternativa es el rescate público para solucionar sus problemas de liquidez.
  • Roma se ha demorado demasiado y afronta la misma situación que España en 2012.
  • Las dudas están en todo el sector, que soporta 360.000 millones de activos morosos.
El fracaso de Monte dei Paschi di Siena (MPS) en su ampliación de capital de 5.000 millones supone que el rescate público es inevitable. Es la cruda realidad que se ha encontrado el tercer banco italiano: no interesa a los inversores. Esperaba captar 3.200 millones de euros y no sólo no los ha conseguido, sino que ese hecho ha contagiado a otros (como el fondo soberano de Qatar) para no invertir. Es la razón por la que su cotización se resentía al inicio de la sesión de este jueves ( 4%, posteriormente corregida) que se suma a la del pasado miércoles (12%). La prensa italiana comienza ya a explicar los pasos para la intervención. Il Sole 24 Hore, por ejemplo, habla este jueves de los tres pasos que puede dar el Tesoro. La entidad (en la imagen, su sede) ha captado 1.940 millones de euros con dos ofertas de conversión de deuda subordinada en acciones. En la primera, dirigida a inversores institucionales, captó 1.057 millones, y en la segunda, dirigida a pequeños ahorradores, el resto. En otras palabras, no cubre la ampliación, a lo que se unen los problemas de liquidez de la entidad. El domingo, 18 de diciembre, ya avanzó que agotará sus 11.000 millones de euros antes de lo previsto y que entraría en negativo en cuatro meses. El rescate se puede producir en cualquier momento, sobre todo después de que el Parlamento italiano haya aprobado ya un plan de 20.000 millones de euros para ayudar al sector bancario del país, abocado a la misma situación vivida en 2012 en España. Italia, sin embargo, ha demorado la situación mientras la regulación europea sobre las ayudas de Estado se ha endurecido. El decreto urgente del Gobierno del primer ministro Paolo Gentiloni sólo depende de la firma. Ahora bien, traerá consigo una consecuencia explosiva, la exposición a fuertes pérdidas de 40.000 pequeños accionistas del MPS, lo cual devuelve la pelota al mismo escenario de principios de este mes de diciembre; en otras palabras que, al final, Italia, como todos: dinero público para salvar el Monte dei Paschi di Siena. De ahí el mensaje del ministro de Economía italiano, Pier Carlo Padoan, para rebajar la tensión: "El impacto sobre los ahorradores con una intervención será absolutamente mínimo o inexistente". Pero a nadie se le escapa que la caída de Monte dei Paschi, en crisis desde hace años -desde la compra, en 2008 del banco Antonveneta al Santander, que fue un fiasco- amenaza los ahorros de miles de familias italianas porque tendrá que asumir parte de las pérdidas, como marca la normativa comunitaria. Con todo, no será la primera vez que la entidad recibe dinero público (en 2013, un total de 4.000 millones), mientras persiste la duda de si será suficiente la ampliación de 5.000 millones a la que se comprometió la entidad con el BCE (fue la condición para superar los test de estrés) y que encima no ha cubierto. Y MPS no es el único banco con problemas. Afecta a todo el sistema financiero transalpino, que soporta 360.000 millones de activos morosos. En esa lista hay otros, también señalados, como Banca Popolare di Vicenza y la Venedeto Banca. Rafael Esparza