• Es el favor que los grandes poderes políticos (sobre todo, Moncloa) han hecho a Janli: obligarles a mantener una empresa en ruinas.
  • El mayor accionista sigue siendo Amber Capital, que oficialmente no tiene nada que ver con César Alierta.
  • Pero ¡asómbrense!: el tercer accionista es HSBC, cuyo ferviente deseo es ser el primero.
  • Y ¿quién manda? El Santander, con tan sólo el 3,7% de los derechos de voto, por el juego de la capitalización de deuda.
  • ¡Ah! No olviden que Alierta no ha renunciado a echar a Janli y tomar el poder en la PRISA.
  • Por cierto, a la refinanciación y la ampliación de capital, se suma que los consejeros acuerdan cobrar la mitad de sueldo (Cebrián se libra porque no es consejero).
En PRISA, con la última ampliación de capital, los accionistas y acreedores repiten el mismo error que en las anteriores, por tanto, siguen siendo prisioneros de la desastrosa gestión de Juan Luis Cebrián. Y es que como saben, el favor que los grandes poderes políticos (sobre todo, Moncloa, aunque con ello se haya suicidado) han hecho a Janli no es otro que obligar a los acreedores a mantener una empresa en ruinas. Tras la última ampliación de capital (563,2 millones de euros), el mayor accionista de PRISA sigue siendo Amber Capital, que mantiene su participación en derechos de voto en el 18,1%. Ya saben, se trata del fondo fundado por el armenio Joseph Oughourlian, que oficialmente no tiene nada que ver con César Alierta. Le sigue Rucandio (o sea, la familia Polanco), con el 15,5% de los derechos de voto, según reflejan los analistas del Sabadell en su informe sobre la última ampliación de capital, donde señalan que esta "acarrearía una importante dilución". Pero ¡asómbrense!: el tercer accionista es HSBC (14,4%), cuyo ferviente deseo es ser el primero. Por su parte, Caixa ha asumido el compromiso de invertir el importe que obtenga con la venta (parcial) de los derechos de suscripción. Mientras, Telefónica, con el 11,5% de los derechos de voto) no se ha comprometido en suscribir la ampliación. Y ¿quién manda entre los accionistas y acreedores? El Santander, con tan sólo el 3,7% de los derechos de voto. ¿Por qué? Por el juego de la capitalización de deuda: la ley de Guindos para evitar que una empresa quiebre permitiendo que los acreedores pasen a ser accionistas de la misma; el problema es cuando esta excepción se convierte en regla (como en el caso de PRISA) porque entonces la capitalización resulta perversa. Y no podemos olvidar a Javier García Carranza ni al consejero Javier Monzón, que se han convertido en los hombres fuertes de la propiedad de El País. En la última ampliación de capital, los accionistas ya han comprometido la suscripción de 250,9 millones de acciones nuevas y los bancos colocadores (Santander y Morgan Stanley) son además aseguradores de 237,5 millones de acciones nuevas. Y como saben, ser aseguradores supone que si no logran atraer a inversores, deberán quedarse dichas acciones… Por cierto, este lunes han empezado a cotizar los derechos de la ampliación de capital y la cotización se ha disparado más de un 12%. ¡Ah! No olviden que Alierta no ha renunciado a echar a Janli y tomar el poder en la PRISA. Tiempo al tiempo, pues lo intentó hace tres meses. Por cierto, al acuerdo de refinanciación y la ampliación de capital, se suma el hecho de que los consejeros han pactado cobrar la mitad de sueldo (bajadas del 40% y del 50%). Cebrián se libra porque no es consejero y seguirá llevándose un buen pellizco por su 'gran labor' como presidente de El País y miembro del Comité Editorial de PRISA, pues la nueva Fundación (salvaguarda de los principios fundacionales del grupo) que quería presidir está en stand by porque los accionistas no la ven necesaria. Cristina Martín cristina@hispanidad.com