• El superior del monasterio ortodoxo de San Jorge, cerca de Berlín, Daniel Irbits, denuncia la dramática condición de los cristianos en los campos de acogida alemanes al ministro federal para los Asuntos Especiales, Peter Altmaier.
  • Muchos, prosigue el religioso, quieren incluso volver a su país de origen porque, aunque esté en guerra, «lo consideran el mal menor respecto a las condiciones en las que viven en los campos alemanes».
  • El abad ortodoxo pide que Alemania haga «respetar sus leyes», proteja "a los refugiados cristianos y haga que los alojen separados de los musulmanes".
  • Ya que, de lo contrario, "la bella expresión 'cultura de la acogida' será sólo una farsa", añade.
«Muchos cristianos que han llegado [aquí a Alemania] desde Oriente Medio sufren presiones tan fuertes en los campos de prófugos por parte de los emigrantes musulmanes que prefieren volver a sus casas», recoge Religión en Libertad de Tempi.it. Con esta carta el superior del monasterio ortodoxo de San Jorge, a 100 kilómetros de Berlín, el higúmeno Daniel Irbits ha denunciado la dramática condición de los cristianos en los campos de acogida alemanes al ministro federal para los Asuntos Especiales, Peter Altmaier. La carta, traducida en francés en el sitio de internet Orthodoxie, ha sido tomada en origen del portal ortodoxo ruso Pravmir. Pero el primero que habló de las violencias a las que son sometidos los cristianos en los campos de prófugos de Alemania fue, en septiembre pasado, el periódico Die Welt con un amplio artículo. En los campos de prófugos los cristianos están «amenazados de muerte y son tratados como animales por los musulmanes». «Con gran preocupación y vergüenza hemos sabido en estos últimos días que los emigrantes cristianos procedentes de Siria, Eritrea y otros países están expuestos en nuestros campos de prófugos a ultrajes, persecuciones y violencia por parte de sus vecinos musulmanes», ha escrito al ministro el higúmeno Daniel. Los casos, desgraciadamente, «no son raros y la violencia llega incluso a la amenaza de muerte y a causar heridas graves». Los objetivos son sobre todo «los ex musulmanes que se han convertido al cristianismo» porque son considerados «apóstatas, personas que ya no tienen derecho a vivir». Muchos, a causa de las amenazas, «ya no pueden dormir por la noche en los campos y están obligados, por ejemplo, a refugiarse en la Iglesia de la Santa Trinidad situada en Südendstrasse, en el barrio de Berlin-Steglitz». Muchos, prosigue el religioso, quieren incluso volver a su país de origen porque, aunque esté en guerra, «lo consideran el mal menor respecto a las condiciones en las que viven en los campos alemanes». No es posible, continúa el religioso ortodoxo, que Alemania «rebaje» sus leyes para las personas musulmanas a las que también les «garantiza libertad religiosa y la construcción de mezquitas improvisadas en los campos. Es inaceptable, desde nuestro punto de vista, que las fuerzas de policía no intervengan, o lo hagan raramente, por no decir nunca, para resolver los conflictos religiosos». Este es el motivo por el que el abad ortodoxo pide0 que Alemania haga «respetar sus leyes», proteja «a los refugiados cristianos y haga que los alojen separados de los musulmanes. No podemos permitir que quien busca protección de la guerra y del terror encuentre, en realidad, lo contrario de lo que le había sido prometido por los políticos alemanes. De este modo, la bella expresión "cultura de la acogida" será sólo una farsa». José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com