Son datos del ministerio del Interior que dirige Fernando Grande-Marlaska, nuestro peor ciudadano. Los Cuerpos de Seguridad del Estado han puesto un total de 934.785 sanciones hasta la noche del lunes 11. Es decir, la Policía Nacional y las policías locales ponen una media de 16.000 multas al día o, lo que es lo mismo, 667 cada hora o, si lo prefieren, 11 cada minuto. Y eso que pasamos la mayor parte del día encerrados en casa.

El Gobierno se está empleando a fondo para que nadie desobedezca. A pesar del rotundo fracaso que han supuesto los 60 días que llevamos de confinamiento -somos el país del mundo con más muertos y más contagiados por habitante- Marlaska (nuestro peor ciudadano, como creo haber dicho antes) ha convertido al ciudadano medio en un delincuente en potencia desde el mismo instante en el que pone un pie en la calle. Y no digamos ya si sale en coche.

Ejemplos hay muchos y muy variados. La madre que sale con cuatro hijos porque no puede dejar a ninguno de ellos sólo en casa, la mujer que circulaba en coche por Madrid y fue multada por llevar la bandera de España en su vehículo… todos crímenes inaceptables que ponen en peligro no se sabe muy bien qué, pero que merecen el más severo de los castigos.

Es el liberticidio que estamos viviendo en España y el que, si nadie lo remedia, nos abocará, más pronto que tarde, a una dictadura comunista disfrazada, naturalmente, de Estado de Bienestar social… y tal.