Ya hace algunos meses iniciaba mi análisis sobre las cuentas de Liberbank con una reflexión sobre la viabilidad de estas entidades que se han quedado en el limbo de pequeño, mediano o grande. La crisis barrió una de nuestras peculiaridades financieras, las cajas de ahorro. Perdón, más que la crisis debiera haber dicho la gestión de los dineros ajenos por parte de políticos prácticamente analfabetos financieros, con muchos amiguetes y ávidos de hacer favores, cuando no directamente dispuestos a meter la mano en la caja. Como ya sabemos, muchas han desaparecido absorbidas por los ‘grandes’; otras grandes tratan de salir adelante con dineros públicos y mucha voluntad, y hay otro grupo, en el que encasillo a Liberbank, que para mi va sobreviviendo, quizás con la esperanza de una fusión, o de que aparezca un despistado y le puedan colocar la entidad y hacer caja. Si no ya me contarán que hace el fondo de capital riesgo Oceanwood con un 17,5% del capital. ¿Esperar dividendos que rentabilicen la inversión?

Probablemente no. Estoy seguro de que con echar un vistazo a la cuenta de resultados presentada este miércoles por su consejero delegado, Manuel Menéndez, se han dado cuenta. El margen de intereses ha crecido un 2,4% situándose en 105 millones de euros (M€), pero lo significativo es que en los últimos cinco trimestres se ha mantenido dentro de los 100, 105M€. Vamos, que ni sube ni baja. Parece haber encontrado su techo en estas cifras.

Las comisiones, tres cuartos de lo mismo: 44M€ frente a los 43M€ en 2017. Y en esta banda se movió durante todo el pasado ejercicio, con algún extraordinario en diciembre. Margen bruto, por su parte, no ha superado los 171M€ (-3,7%) por una menor aportación de las operaciones financieras.

De momento, la única forma de dar algo de vida al margen de explotación –vamos, ninguna gran alegría que no suponga el crecimiento del 2,7% (71M€)- es por la vía de contención de los gastos de administración gracias a la reducción del 15% de la plantilla, hasta los 4.007 empleados actuales, y al cierre del 11% de las oficinas, que se han fijado en 2.888.

Después de 15M€ menos en provisiones y dotaciones, el resultado antes de impuestos es de 41M€ (+8,6%) y después del ‘cepillo’ de Montoro, el beneficio neto ha sido de 29M€, que ciertamente algunos aplauden por la comparación con el último trimestre de 2017, cuando el resultado ascendió a 11M€. Pero es que el beneficio del primer trimestre de ese año 2017 fue de 32M€.

Queda claro que no se puede seguir viviendo eternamente de futuribles. Cierto es que se han reducido a 1.770M€ los dudosos brutos, 1.181M€ menos que en 2017, de los que ya se ha dotado el 53% de la deuda. Además, aún les quedan 2.461M€ de activos adjudicados a pesar de que se han reducido un 20,6% desde el pasado ejercicio.

De verdad que por mucho esfuerzo que hago, no veo Liberbank de la misma forma que Manuel Menéndez. Vale que su trabajo es vender su banco y el mío es que no me vendan una moto, pero repaso de nuevo las cifras y veo que los recursos de clientes en balance han bajado 1.306M€ desde el primer trimestre de 2017. Los de fuera de balance han crecido en el mismo periodo en 470M€, pero las comisiones solo crecen 1M€, y con esto no se consolida una cuenta de resultados recurrente, y menos con una morosidad aún del 7,8%. Tampoco ayuda la aplicación de la IFRS 9 que les ha obligado a destinar 3.606M€ en inversiones líquidas para su cumplimiento y el 98% de esta cartera es deuda soberana y otra parte importante, las posiciones en Sareb.

Por último, un par de pinceladas con las principales ratios de la entidad. Sacar pecho con la ratio LTD del 94,1% en un banco de estas características es sarcástico. ¿De dónde van a sacar los recursos para prestar que no sea de los depósitos de su clientela? La ratio de capital Tier1 CET1 se ha situado en el 13,2% y la de solvencia en el 15,4%. Cifras todas… ¿tranquilizadoras? Después de lo del Popular vaya usted a saber.

Solo recordar que en enero quedó aprobada la fusión con la antigua caja Castilla-La Mancha que, francamente, no se si será más una peladilla que una ayuda para remontar la situación.