Soy hijo de castellanos emigrados en los años cincuenta a Asturias. Nada más instalarse en Oviedo, mi hermana mayor volvió a casa muy alarmada asegurando a nuestro padre:

-Papá, papá: dicen ‘patates’.

Creo que para los míos, también para mí, que más tarde sería natural de Oviedo, ahí empezó y acabó la ‘llingua’ asturiana, el bable.

El problema de la sociedad moderna es que siempre camina justo al borde del ridículo

Pero ahora ha llegado a la Presidencia de Asturias un personaje como Adrián Barbón -que no Borbón-, y ha renacido la tontuna de las ‘patates’, para intentar elevar la llingua a lengua co-oficial del Principado.

Uno es esos fenómenos que sólo puede revestirse de seriedad en una sociedad como la actual, siempre a un paso de perder el sentido del ridículo y donde las identidades, tantas veces forzadas, tienen más fuerzas que las ideas.

Cuando las ideas pesan menos que las identidades cualquier tontuna pasa por solemne

Barbón: menos bable y menos estupideces. Por menos de eso se han forjado nacionalismos artificiales y fracturas sociales. Recuerda Barbón: Asturias es España y el resto tierra conquistada al moro: “Parez mentira pa’ti, oh”.