La presidenta del Banco Central Europeo (BCE) Christine Lagarde ha conjurado la división interna creciente en el BCE con una rueda de prensa. Es como mejor se conjuran las rebeliones. Micrófono abierto, se asegura la continuidad de la política monetaria de la manguera, euros para todos, manguera que continuará llenando el océano de liquidez en el que nos movemos hasta que nos inundemos todos.

Curiosamente, Lagarde asegura esto cuando el BIS, el hermano mayor del BCE, el banco de bancos centrales, asegura que el océano de liquidez está llegando a los grandes -Estados y multinacionales- pero no a las familias y pymes que no tiene capacidad de endeudamiento porque tampoco tiene capacidad para abonar deuda. Y eso no es bueno. 

Eso sí, la división en el Banco Central Europeo (BCE) es patente

Según Lagarde, el BCE seguirá prestando, o comprando deuda, que lo mismo da, a gobiernos y corporaciones, como poco hasta junio de 2021 o, retadora la francesa, hasta que se supere la crisis del coronavirus. Dinero para todos, el que haga falta.

O sea, perded toda esperanza de que se ponga orden en el océano de liquidez que rige la economía mundial desde hace 50 años.

Por tanto, la división en el Banco Central Europeo (BCE) es patente.

Pura coincidencia, pero en agosto de 2021 se cumple medio siglo de la supresión del patrón oro, por Richard Nixon

Lagarde intenta conjurar el empuje alemán que anuncia una crisis de la deuda, además de la devaluación de la economía global.

Y la posibilidad de una nueva crisis de la deuda no es una broma. El Banco de España ya habla de un endeudamiento real del Estado español que se aproxima a marchas forzada al 200 por 100 del PIB. Porque las políticas monetarias relajadas no hacen otra cosa que alentar a gobernantes irresponsables que endeudan a sus países a medio plazo mientras ellos permanecen, a corto, en sus poltronas.

Además, un buen sistema económico es aquel que produce bienes y servicios no aquel que produce dinero. Eso sólo crea, o bien inflación, que no es el caso actual, o bien devaluación de precios y de salarios… que sí es el caso actual. Y siempre, especulación.  

Lagarde intenta conjurar el empuje alemán que anuncia una crisis de la deuda, además de la devaluación de la economía

Pura coincidencia, pero en 2021, ahí cuando dice Lagarde que aún mantendrá su actual política, se cumplirá medio siglo de la supresión del patrón oro por Richard Nixon, un 15 de agosto de 1971. La barbaridad era de tal calibre que el propio Nixon se vio obligado casi a pedir perdón mientras aseguraba que se trataba de una media temporal. En efecto, en 2021 cumplirá 50 años. Todo es temporal.

Pero aún hay gente en el mundo que piensa. Los alemanes, por ejemplo, piensan que la manguera, la máquina de hacer dinero es pan para hoy y hambre para mañana. La fabricación sin límite de dinero es la razón de que la economía marche siempre mal y de que rentas y salarios valgan cada vez menos, así como las crisis periódicas de deuda pública que amenazan con ser una crisis de deuda universal. Eso sí sería una novedad, aunque puede no estar lejos. El dinero no es un objetivo económico, es sólo un medio de cambio.

Y recuerden, en la Edad Media -¡Tiempos felices!- la fabricación de moneda se considera un delito tan grave que podía condenarse hasta con la pena de muerte. Ellos sí sabían de qué iba esto.