Vergonzoso pero previsible, el Aberri Eguna del PNV, celebrado ayer en Bilbao. El lehendakari Íñigo Urkullu (en la imagen), exigiendo referéndum en toda Europa y apoyando al majadero de Carles Puigdemont. El mismo discurso que, a la misma hora, mantenían en Pamplona (anexión de Navarra en mente) los batasunos de Bildu.

Los separatismos, además, no son revolucionarios, sino burgueses de derechas

El separatismo burgués vasco se alía con el catalán y ojo, con los neocomunistas de Bildu, de la CUP y de Podemos contra España, su animadversión favorita.

Ahora, España se enfrenta al triángulo de las Bermudas: Cataluña, Euskadi y Lavapiés. O sea, a la alianza entre separatismos burgueses y neocomunistas (Podemos).

Porque el peligro en Cataluña está en la antigua Convergencia; en Euskadi, en el vetusto PNV

Los separatismos, además, no son revolucionarios, sino burgueses de derechas. Porque el peligro en Cataluña está en la antigua Convergencia; en Euskadi, en el vetusto PNV.

El neocomunismo está representado por Podemos, que crea guetos en Lavapiés y se alía con los nacionalismos burgueses contra el enemigo común, que es España. No soportan el mero olor a español.

El neocomunismo está representado por Podemos, que crea guetos en Lavapiés y se alía con los nacionalismos burgueses

Los separatistas porque han convertido la independencia en una religión sustituta del cristianismo que abandonaron; los comunistas de Podemos porque ansían el poder y lo que importa en el marxismo son los fines, no los instrumentos.

Y en el entretanto, Mariano Rajoy practica el senderismo. Más que un hombre tranquilo es un hombre pachorras.

¿Ganarán? No, pero pueden ocasionar algo muy parecido a la guerra civil: el enfrentamiento civil.