• En el cuarto trimestre todas las entidades subirán los precios por servicio.
  • O eso o el cierre.
  • Además, los bancos exigirán exclusividad a los clientes.
  • Y el que quiera trabajar con varias entidades que lo pague.
  • Y todo esto tiene una evidente repercusión en las fusiones bancarias.
El negocio bancario ya no está en prestar dinero. Con unos tipos de interés instalados en el cero por ciento, incluso coqueteando con porcentajes negativos, las entidades han tenido que dar un giro a su estrategia. Y ese giro se ha convertido en revolución: pasaremos de comisiones cero -o muy pequeñas- a tener que pagar por cada servicio que nos presta el banco. Y el cambio está aquí mismo, concretamente en el cuarto trimestre, que es cuando las entidades subirán los precios por servicios, esto es, las comisiones. No les queda más remedio. O eso o el cierre. Comenzarán a cobrar -o cobrarán más, según el caso- por realizar transferencias, por los medios de pago, por la domiciliación de los recibos, por los cheques... por todo. Además, los bancos exigirán exclusividad a los clientes. ¿Que usted quiere trabajar con varias entidades al mismo tiempo? Muy bien, pero tendrá que pagar por ello. La única manera de evitar el 'subidón' de las comisiones será mediante la vinculación al banco, esto es, contratando, al menos, cinco productos con la misma entidad: domiciliación de la nómina, seguros, fondos de inversión, tarjetas y domiciliación de los recibos. En definitiva, todo o casi todo. Y el que quiera diversificar, lo dicho: que pague. Es el modelo que ha defendido Gonzalo Gortázar este miércoles, durante un desayuno organizado por Nueva Economía Forum. El consejero delegado de Caixabank ha asegurado que la banca tradicional ya "no es rentable" y que "cobrar por los servicios es algo que las entidades se tienen que plantear". Tiene gracia, porque el sector, no sólo se lo ha planteado, sino que lo va a poner en práctica en los próximos meses. Es la táctica del político catalán Miquel Roca que, tras llegar a un acuerdo, declaraba que no iba a ceder en tal o cual punto. Evidentemente, siempre se cumplía porque el acuerdo ya estaba cerrado de antemano, y el político se llevaba todos los elogios: que bien negocia que ha logrado todo lo que quería. Todo esto, además, tiene una repercusión evidente en las fusiones bancarias. ¿Para qué absorber otra entidad, con todos los problemas que conlleva? Duplicidad de directivos, exceso de plantilla y de oficinas, homologar condiciones laborales, unificar sistemas informáticos... ¿Para qué absorber otro banco si lo único interesante ahora es lograr más clientes y que estén más vinculados? Porque la banca que viene es una banca mucho más mecanizada. Lógico: lo único que hace falta para cobrar comisiones en tiempo y forma es un buen ordenador. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com