Ya sonaron los primeros pitos para doña Letizia. Eso no ayuda.

La Reina de España cometió el error de dirigirse con grosería a la Reina Sofía porque quería, según una de sus voceras, “proteger a sus hijas”. ¿Protegerlas de quién? ¿De su abuela? De nuevo, Doña Letizia está ‘fuera de control’.

Después de que la actual reina de España sentenciara: “Yo no quiero estar ni con curas, ni con políticos, ni con militares”

Si a alguien no le cae bien Doña Letizia no ha sido a su suegra sino a su suegro.

Cuando los dos matrimonios se reúnen y Don Juan Carlos les anuncia su abdicación, cuando les cede la Corona, Doña Letizia, en uno sus rasgos de profunda modestia, exhala: “Bien, pero yo no quiero estar ni con políticos, ni con curas, ni con militares”. Esto es, los tres estamentos a los que toda Reina está obligada a frecuentar por razón de cargo… le gusten o no le gusten. 

Preocupa la educación de doña Leonor

Y entonces fue cuando SM Juan Carlos I exhaló: “Esta se carga la monarquía”. Pero su hijo, Felipe VI, y eso le honra, se negó a separarse de su esposa y madre de sus dos hijas.

Por cierto, que ahora que la Reina Letizia vuelve a las andadas, preocupa la educación de la sucesora, doña Leonor. Preocupa por cuanto, a pesar de que las capitulaciones matrimoniales dejan la educación de la heredera en manos de la monarquía, la actitud de la Princesa de Asturias hacia su abuela le ha restado apoyo popular y conducen a la pre-adolescente hacia al adjetivo que una mujer aplicó a su madre: “antipática”.

El jefe de la Casa Real, asegura que hay que volver a empezar

Recuerden que Doña Letizia se negó a que su hija recibiera educación católica y, en concreto, la Primera Comunión. Se le dijo que no molestara y no se cumplió su deseo pero una madre es quien más influye sobre su hija, con capitulaciones o sin ellas.

Y a pesar de sus diferencias con don Juan Carlos, ahora coinciden: Felipe VI tiene que plantarse ante su esposa

Y hablando de controlar a la Reina, el jefe de la Casa Real, el todo poderoso Jaime Alfonsín, coincide ahora con don Juan Carlos I, con quien jamás se ha entendido, en presionar al monarca Felipe VI para que se plante ante su esposa y obligarle a cumplir los deberes de su cargo.

Pero eso, como sabe cualquier esposo, no resulta nada sencillo.