• Se impone (46%) a la progreizquierda de Hollande (34%) y a la derecha pagana de Le Pen (20%).
  • En cuanto a los principios no negociables, Hollande defiende el aborto libre, la eutanasia y el matrimonio gay, al igual que Sarkozy (menos la eutanasia), aunque este los defiende 'aguados'.
  • Mientras, Le Pen no se plantea “limitar el acceso al aborto en Francia" y derogaría la ley del matrimonio homosexual. 
En Francia, la coalición de centroderecha que lidera la Unión por un Movimiento Popular, el partido del ex presidente francés Nicolas Sarkozy (en la imagen), revalidó el pasado domingo su triunfo en la segunda vuelta de las elecciones departamentales al conseguir el 46% de los votos, frente al 34% logrado por la izquierda que encabeza el gubernamental Partido Socialista y el 20% del ultraderechista Frente Nacional, según los datos oficiales con el 60% de las circunscripciones escrutadas. Los sondeos a pie de urna, apuntan a que el centroderecha conseguiría el control de 65 a 71 de los 101 departamentos en juego. La izquierda, por su parte, pasaría de gobernar en 61 circunscripciones a una horquilla de entre 28 y 35. El Frente Nacional conseguiría varios consejeros pero no gobernaría en ningún departamento.

Tras conocer los resultados electorales, Sarkozy afirmó que la victoria del centroderecha indica que "la alternancia está en marcha y nada la detendrá". El líder de la UMP, que con esta victoria se consolida como posible candidato a la presidencia de Francia en las elecciones de 2017, destacó el "fracaso" de un PS que, según dijo, representa "el socialismo más arcaico de Europa". Por su parte, el primer ministro socialista Manuel Valls achacó el fracaso de su partido a la división de la izquierda, que llegó a pedir el voto para los conservadores en los departamentos en que estos mantenían duelos directos con el Frente Nacional para frenar el avance de la ultraderecha. De otra parte, la líder del FN, Marine Le Pen, que calificó los resultados de su partido de "históricos y excepcionales", lamentó que los dos partidos mayoritarios se aliaran en su contra.

Respecto a los principios no negociables de estos partidos franceses, ya explicamos en su día, en un editorial, que: "Hollande, al igual que Zapatero o Rubalcaba, es un forofo del aborto, mientras Sarkozy asegura que no le gusta el aborto sino los anticonceptivos -que son abortivos-; Hollande está por la eutanasia, a la que se opone Sarkozy. Los socialistas están ilusionados con el feminismo y el gaymonio, pero Sarkozy aplaude la homosexualidad, naturalmente, pero prefiere no llamarla matrimonio. Ídem para la educación con parada especial entre la libertad religiosa en la que Hollande, sencillamente no cree, mientras que Sarkozy es un digno representante del regalismo galo".

En cuanto a la líder del partido ultraderechista francés Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, ha explicado en alguna ocasión que no se plantea "limitar el acceso al aborto en Francia". Y discrepó de la reforma que el Gobierno del PP preparaba en España -y que finalmente no aprobó-: "Yo no votaría una ley así en Francia, la prohibición no es el método".

Le Pen también ha asegurado que derogaría la ley del matrimonio homosexual, aunque no "descasaría" a los que ya se han unido. "Creo que el matrimonio está reservado para una mujer y un hombre, que es lo que ha preservado el equilibrio de nuestra civilización".

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com