La OTAN tiene previsto poner en marcha este jueves en Noruega unas maniobras militares calificadas por el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, como "las mayores desde el final de la Guerra Fría", informa El País.

El ejercicio prevé el despliegue de 50.000 militares en una zona escogida deliberadamente por la dureza de las condiciones climáticas en esta época del año y por el tremendo esfuerzo logístico que supone trasladar hasta las cercanías del Ártico una ingente cantidad de vehículos militares procedentes de 31 países (los 29 miembros de la Alianza más Suecia y Finlandia).

"El ejercicio será un test sobre nuestra capacidad para recuperar la soberanía de un aliado, en este caso Noruega, tras un acto de agresión armada", ha señalado Stoltenberg unas horas antes de que empiece el movimiento por tierra, mar y aire de 10.000 vehículos (camiones, jeeps, tanques...), de 65 buques (incluido el portaaviones estadounidense Harry Truman y su flota de protección, con 6.000 personas en total a bordo) y de 250 aviones.

La OTAN no busca la confrontación pero está lista para defender a sus aliados

"Trident Juncture envía un mensaje claro a nuestras naciones y a cualquier potencial adversario", ha señalado Stoltenberg. "La OTAN no busca la confrontación pero está lista para defender a sus aliados", ha añadido.

La Alianza insiste en que no se trata de un ejercicio contra Rusia, sino de un esfuerzo por demostrar y demostrarse que puede intervenir en las condiciones más desfavorables y en un lugar tan remoto como las cercanías del Ártico.

Pero las maniobras llegan tras la reciente escalada de tensión con el presidente ruso, Vladímir Putin, acentuada a partir de la invasión rusa de Crimea en 2014 y el regreso de disputas territoriales y fronterizas (en Ucrania, Moldavia y otros países de la antigua esfera soviética) que parecían olvidadas desde la desaparición de la URSS en 1991. “Crimea fue la primera vez que se cambiaban por la fuerza las fronteras en Europa en 40 años. Para la Alianza Atlántica fue un shock”, admiten fuentes de la organización.

Los programas y la relación estratégica que se habían establecido dejaron de existir para limitarse a un mero contacto a nivel de embajadores

Desde entonces, la relación entre la OTAN y Rusia ha cambiado radicalmente. Los programas y la relación estratégica que se habían establecido dejaron de existir para limitarse a un mero contacto a nivel de embajadores. Apenas siete contactos desde 2016.

Putin ha llevado a cabo además unas recientes maniobras también con 50.000 militares, en un ejercicio para testar la capacidad del ejército ruso en este nuevo escenario mundial de paz caliente. Y la OTAN no oculta su resquemor por las maniobras rusas rodeadas de opacidad y diseñadas para todo menos para generar tranquilidad en los vecinos.