La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha dado una de cal y otra de arena con el comienzo de abril y por tanto, del segundo trimestre. Por un lado, el gas natural se abarata un 6,3%, pero vuelve el impuesto a la generación eléctrica (el famoso 7%) que podría notarse en la factura eléctrica mensual (podría subir entre 0,5 y un euro).

En el primer aspecto, se trata de las tarifas de último recurso (TUR), pero sólo afectan a 1,7 millones de los 6,7 millones de consumidores de gas natural que hay en España. El descenso será del 6,3% durante el segundo trimestre del año, superior al del 4,6% del periodo enero-marzo. En concreto, la factura anual bajará un 5,2% sin considerar impuestos, para los usuarios de la tarifa TUR 1 (consumos inferiores a 5.000 kilovatios hora al año, normalmente para cocina y agua caliente); y un 6,7% en el caso de la TUR 2 (consumos entre 5.000 y 50.000 KWh, asociada a cocina, agua caliente y calefacción).

El precio del gas natural regulado depende en gran medida del barril Brent y ojo, porque lleva días al alza y ya supera los 80 dólares

Las razones del abaratamiento se deben a varios motivos: el cambio en el método de cálculo, la congelación de peajes para 2019 y sobre todo, el descenso del 16,3% en el coste de las materias primas gracias a la menor cotización del barril Brent. Pero ojo, porque este último lleva días moviéndose al alza y ya supera los 68 dólares… y ya saben que si rebasa los 70 dólares, el fracking volverá a ser rentable… En este indicador todo depende de lo que haga Arabia Saudí.

El Gobierno quiere eliminar al impuesto a la generación eléctrica y hacer grandes reformas, pero con el 28-A y el 26-M no se esperan grandes cambios

Paralelamente, con la llegada del segundo trimestre, el Gobierno ha recuperado el impuesto a la generación eléctrica para no disparar el déficit de tarifa, después de haber estado suspendido en los últimos dos trimestres para no encarecer la factura eléctrica. Es cierto que el objetivo es acabar con este tributo en su totalidad, pero se ha descartado la suspensión temporal para no hacer favores en periodo electoral. Eso sí, desde finales de septiembre se anunció que se iba a trabajar en grandes medidas estructurales, como la reforma del mercado eléctrico y la revisión de su sistema fiscal, y por ahora nada. Ahora, de cara al 28-A, menos aún, y recuerden que a las elecciones generales, les seguirán las europeas, municipales y autonómicas del 26-M, así que en los próximos dos meses no se esperan grandes cambios.