A Donald Trump le han metido un gol por la escuadra con la aprobación de la partida de gastos para la Agencia americana para la Ayuda Internacional (USAID), un organismo oficial dependiente del Departamento de Estado y que se ha destacado precisamente por los recursos para programas en contra la natalidad y a favor de aborto.

Se trata, en fin, de una contradicción en toda regla, cuando Trump ha presumido de ser el primer presidente provida de EEUU desde el caso Roe contra Wade de 1973 -con el que se despenalizó el aborto-, como señaló en Twitter el 28 de mayo y, en paralelo, ha apoyado la ley Acción de Emprendimiento y Empoderamiento económico  (S.3247), aprobada por el Congreso a finales de diciembre, que incluye una nueva partida para la USAID.

La nueva ley, apoyada por Ivanka Trump, ha alarmado a los republicanos y decepcionado a grupos provida

La ley, vestida como una iniciativa para reducir las desigualdades entre hombres y mujeres en la promoción de pequeños y medianos negocios, mantiene, sin embargo, los mismos ingredientes de ideología de género impulsados en la era Obama para el organismos, informa instituto C-FAM, dedicado la investigación a favor de la familia y los derechos humanos. C-FAM ha denunciado también que tras el cambio de control en la Cámara de Representantes, el aborto vuelve a ser un asunto prioritario.

La ley aprobada, en concreto, establece imperativos de “análisis de género” e “integración de género” (defensa de homosexualismo), como ya se utilizan para los becarios de USAID, así como cumplir con las exigencias sobre la “salud reproductiva” (aborto) y discriminación sobre las bases de “orientación sexual e identidad de género” (apoyo a los transgénero).

Además, esa ley discrimina a las asociaciones religiosas en los proyectos de la USAID, salvo que renuncien a sus principios, algo que ha decepcionado profundamente a los grupos provida. Grupos confesionales alertaron sin éxito de los peligros de esa ley, al tiempo que les urgieron a introducir mecanismos en defensa de la vida o definir el género como referente a hombre y mujer en exclusiva o eliminar las políticas de género problemáticas.

La Agencia americana para la Ayuda Internacional destina recursos para programas abortistas desde hace décadas

Fue en concreto Ivanka Trump, hija del presidente y asesora de la Casa Blanca, la que anunció el apoyo a la ley, animando a los republicanos a adherirse a ella tal y como estaba redactada. Otra cosa fueron las alarmas que disparó cuando descubrieron que nada cambiaba en las habituales consignas de ideología de género.

Para entenderlo, basta añadir que en el mismo tuit presidencial de mayo antes referido, Trump presumía también de que por “primera vez, América tiene un vicepresidente provida, una Cámara de Representantes provida y 25 capitales de Estado provida”.

Es lo que ha cambiado tras las últimas elecciones. No así las cosas en la USAID, que entre sus últimas consideraciones de ataque estaban las leyes restrictivas del aborto en países como Guatemala y México (es uno de los proyectos, por cierto, en los que ya trabaja el nuevo presidente, López Obrador).