La polémica surgida a raíz del comentario de Peter Fonda (“Deberíamos arrancar a Barron Trump de los brazos de su madre y ponerlo en una jaula con pedófilos”), ha dejado al descubierto muchas miserias de muchas personas, entre ellas, del propio Fonda. ¿Qué tiene en la cabeza y en el corazón una persona que dice semejante barbaridad de un niño de 12 años,  aunque sea hijo del malvado y perverso Donald Trump?

Pero también ha dejado a la vista la gran hipocresía que existe en el seno de las grandes productoras cinematográficas norteamericanas. Los hechos son de rabiosa actualidad.

La compañía se excusa como reacción y alega que Fonda tiene un papel muy secundario en su película

Por un lado, la actriz Roseanne Barr -apoyó a Trump durante la campaña- protagonista de la serie que lleva su nombre, ‘Roseanne’, que emite la cadena ABC, que publicó a finales de mayo un tweet sobre la exasesora de Obama, Valerie Jarrett: “Si la Hermandad Musulmana y ‘El planeta de los simios’ tuvieran un bebé = VJ”. La reacción de la ABC fue implacable y suspendió la serie.

El otro caso es el ya citado de Fonda. Sí, el actor ha pedido perdón y Sony Pictures ha calificado sus comentarios como “aborrecibles, temerarios y peligrosos”, pero nada más. Y es que Fonda aparece en la última película de la casa, “Boundaries”, que se estrena este viernes en EEUU. “Es importante tener en cuenta que el Sr. Fonda tiene un papel muy secundario en la película”, se excusó la compañía. 

Lo dicho: dos varas de medir, algo típico del Nuevo Orden Mundial.