• Y eso a pesar de que el fallo del organismo del Banco Mundial, notificado en mayo, no cuestionaba la reforma energética.
  • Pero obligó a pagar a España 128 millones a la británica Eiser porque la rentabilidad fue del 5% (no del 7,39%).
  • Recurre y no es para menos: hay 40 reclamaciones pendientes de un fallo arbitral y unos 7.000 millones en juego (por compensaciones).
  • El laudo secreto de Estocolmo, al que accedió Hispanidad, no dejaba ninguna duda sobre la legalidad de las reformas.
  • Y tumbaba todos los argumentos de los fondos extranjeros, también el manido sobre la inseguridad jurídica en España.
  • Cualquier inversor debía conocer los cambios legales en el sistema desde 2004 y la jurisprudencia posterior del Supremo.
El Gobierno de España ha presentado ya el recurso contra el laudo del Ciadi (el organismo de arbitraje del Banco Mundial), notificado el 5 de mayo, que obligó a pagar a España 128 millones, como ya les informamos (no los 297 millones reclamados), al fondo británico Eiser  Infraestructure, socio de Elecnor, y a su filial luxemburguesa Energía Solar Luxembourg. La decisión está dentro de la lógica del momento procesal, sobre todo después de que el laudo de la Cámara de Comercio de Estocolmo -a cuyo documento, sujeto a secreto, accedió Hispanidad y publicó en exclusiva- diera la razón a España, frente a Isolux, con fundadas razones. O si lo prefieren, rechazando todas las reclamaciones frente a la demanda presentada en 2013 por Isolux, que utilizó para ello la firma holandesa Isolux Infraestructure Netherlands, contra la rebaja de primas a las energías renovables. Tras la petición de España, el Ciadi ha procedido así a la "suspensión provisional de la ejecución de la sentencia", aunque la aspiración del Gobierno es que quede suspendida definitivamente. Y no es para menos, teniendo en cuenta las numerosas reclamaciones (unas 40) pendientes de un fallo arbitral, y con mucho dinero en juego (unos 7.000 millones de euros, de momento, en compensaciones). Esa es la razón que ha movilizado, como siempre en estos casos, a los siempre ávidos bufetes de abogados. Con todo, el fallo del Ciadi a favor de Eiser no cuestionó la legalidad de las reformas energéticas emprendidas, que no ponen en cuestión la seguridad jurídica, el manido argumento de los fondos internacionales en contra del recorte a las renovables. El Ciadi consideró únicamente que la rentabilidad de las tres plantas termosolares de Eiser, a quien no le salieron las cuentas por culpa de la deuda y una estructura sobredimensionada, quedó entre el 3,7% y el 5% frente a la "rentabilidad razonable" del 7,39% que establece la reforma eléctrica de 2013. El fallo sueco de julio de 2016, sin embargo, como ya informamos, fue mucho más contundente y firme en la defensa de los pilares de la reforma energética y por eso tumbó los argumentos de los fondos. Los fallos resueltos hasta ahora, por tanto, son dos: una favorable a España y otro, el que ahora recurre el Gobierno, sólo parcialmente en contra. Paradójicamente, la prensa seria (El País o Expansión) ha dado su eco a la desfavorable, sumándose así a la campaña virulenta y despiadada de los fondos, con un efecto llamada. Como señalaba el laudo sueco, las reformas energéticas están justificadas dentro de "una política racional que era, guste o no guste, la de proteger al consumidor". No sólo eso. Señalaba que "el Gobierno tiene el poder y el deber de adaptar las necesidades económicas y técnicas del momento", de acuerdo con la Ley del Sector Eléctrico. Añadía -importante- que cualquier inversor debía conocer los cambios legales en el sistema desde 2004 y la jurisprudencia posterior dictada por el Tribunal Supremo. Y también que el método de remuneración y la tasa de rentabilidad podían ser drásticamente modificados (con la última reforma, el 7,39%). Rafael Esparza