La ecologista Manuela Carmena, tras convertir la capital en una sucia ratonera y estar muy satisfecha con el éxito de Madrid Central (a la fuerza ahorcan, claro está), ahora se ha lanzado contra tres empresas de patinetes eléctricos (Voi, Lime y Wind) por no cumplir sus exigencias. La alcaldesa de Madrid les ha dado un ultimátum de 72 horas para retirarse de las calles, denegándoles el permiso para operar porque no limitaban, a través de su aplicación, las zonas por las que los usuarios podían circular.

En concreto, los patinetes eléctricos (que también causan muertes, aunque se intentan ocultar, y ahora Tráfico planea regular) sólo pueden circular por las calles que tienen una velocidad de 30 kilómetros por hora -ahora el 85% de las mismas-, los carriles bici y las pistas bici. Por tanto, no pueden circular por espacios peatonales ni por grandes glorietas. Además, las empresas de estos nuevos vehículos deben garantizar la interoperabilidad de sus sistemas informáticos de localización con los del consistorio madrileño para que se pueda comprobar el número y la ubicación.

Los patinetes sólo pueden circular por calles de una velocidad de 30 km/h, carriles y pistas bici 

Ahora hay 18 empresas interesadas en solicitar una autorización próximamente y las tres mencionadas podrán volver a pedirla en cualquier conforme a lo establecido en la Ordenanza de Movilidad Sostenible (en vigor desde el pasado 24 de octubre). Eso sí, el Ayuntamiento es el que decide si da o no el permiso y lo hará de forma que asegure un reparto equilibrado, evite la saturación de zonas y garantice las condiciones de seguridad vial y peatonal. Además, no hay que olvidar que los patinetes eléctricos también pueden suponer una competencia para la empresa municipal de bicicletas eléctricas (Bicimad)…