• La opositora, hija de Oswaldo Payá, acudió a la embajada cubana para entregar una carta en la que pedía la autopsia de su padre y del también disidente Harold Cepero, de cuyas muertes se cumplen tres años hoy miércoles.
  • La familia de Payá siempre ha cuestionado la versión castrista del accidente de tráfico y ha reclamado una investigación independiente.
  • El Gobierno español tampoco ha hecho absolutamente nada por esclarecer el suceso, en el que murió un ciudadano español, pues Oswaldo lo era.
  • Rosa María Payá también denunció amenazas del portavoz del Departamento de Estado de EEUU, John Kirby, para que no preguntara en una rueda de prensa con John Kerry.
Ya lo advertimos. El hecho del deshielo y una cierta normalización de las relaciones diplomáticas entre EEUU y Cuba no significa que la dictadura cubana haya dejado de serlo. Es decir, que los derechos y libertades de los cubanos siguen estando pisoteados. Último ejemplo: la opositora cubana Rosa María Payá (en la imagen) denunció que los funcionarios de la nueva embajada de Cuba en Washington no le dejaron acceder al edificio para entregar una carta y llamaron a la policía, y aseguró que eso demuestra que la legación "no está abierta para los cubanos". "Estuve en el edificio que llaman embajada cubana pero no se comporta como embajada cubana, porque no le abre la puerta a los ciudadanos cubanos", dijo en una conversación telefónica con la agencia de noticias Efe la hija del opositor fallecido Oswaldo Payá. Payá afirmó que acudió el martes a la embajada cubana, que abrió sus puertas este lunes tras el restablecimiento de relaciones con Estados Unidos, para entregar una carta dirigida al ministro de Salud Pública de Cuba, Roberto Morales, en la que pedía el informe de autopsia de su padre y del también disidente Harold Cepero, de cuyas muertes se cumplen tres años el miércoles. "No solo no me atendieron, (sino que) en el momento en que la puerta se abrió y yo hice el ademán de entrar, salieron unos hombres muy agresivos a decirme que cerrara la puerta, que no podía entrar", aseguró Payá. "Las relaciones diplomáticas habrán empezado, pero definitivamente el interés no es defender los intereses de los ciudadanos cubanos", añadió. Payá reconoció que no vio a otros cubanos o estadounidenses tratando de acceder el martes a la nueva embajada más allá del "cartero", y subrayó que lleva años solicitando al Gobierno cubano el informe de autopsia de su padre, porque ese es "un derecho" que tienen "los familiares de las víctimas". Este miércoles se cumplen tres años de la muerte de Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), y del también disidente cubano Harold Cepero, fallecidos al impactar contra un árbol el vehículo en el que viajaban y que conducía Ángel Carromero, un dirigente de las juventudes del Partido Popular de España. Desde que tuvo lugar el siniestro, por el que Carromero fue juzgado en Cuba y condenado por homicidio imprudente, la familia de Payá siempre ha cuestionado la versión del accidente de tráfico, ha reclamado una investigación independiente y ha defendido la inocencia del joven español, contra el que no presentó cargos. Por cierto, que el Gobierno español tampoco ha hecho absolutamente nada por esclarecer el suceso, en el que murió un ciudadanos español, pues Oswaldo lo era. Rosa María Payá también denunció -y esto es llamativo- que el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, John Kirby, le hizo una advertencia este lunes, cuando ella asistió a la conferencia de prensa que ofrecieron el jefe de la diplomacia estadounidense, John Kerry, y el canciller cubano, Bruno Rodríguez. "(Kirby) me advirtió que si hablaba, si hacía una pregunta, sería inmediatamente removida de la sala por la seguridad. Éste es el tipo de advertencia coercitiva que recibimos en Cuba todos los días o que recibí yo en Panamá, realmente es increíble que nos encontremos el mismo método dentro del Departamento de Estado", sostuvo. José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com