Parece mentira pero el Gobierno de Hong Kong, marioneta de la dictadura comunista china, ha cedido a las protestas de los hongkoneses contra la polémica ley de extradición a territorio chino.

La líder de Hong Kong, Carrie Lam, anunciará este miércoles formalmente la retirada del polémico proyecto de ley de extradición a China que se encontraba suspendido y que ha provocado durante los últimos meses graves protestas en la ciudad autónoma, según informan medios locales y recoge La Vanguardia.

Según fuentes citadas por el diario South China Morning Post y por el portal de noticias HK01, Lam ha convocado a los diputados progubernamentales a las 16.00 hora local de hoy, tras lo que anunciaría la retirada definitiva del texto. Aunque primero suspendió su tramitación y luego aseguró que el proyecto estaba “muerto”, los manifestantes no se dieron por satisfechos; una de las cinco demandas del movimiento es precisamente la retirada efectiva y definitiva de la enmienda legal.

Cientos de miles de personas llevan saliendo a las calles desde mediados de junio para protestar contra el proyecto de ley en virtud del cual sería posible enviar personas a la China continental para ser juzgadas en tribunales controlados por el Partido Comunista.

Carrie Lam goza, según las últimas encuestas, de la popularidad más baja jamás registrada por un líder del Gobierno local

De finalmente producirse, esto significaría que tras trece semanas de protestas las autoridades locales accederían finalmente a cumplir con una de las cinco exigencias, en un gesto para “calmar el ambiente”, según una de las citadas fuentes.

El resto de peticiones son el establecimiento de una comisión independiente que investigue la supuesta brutalidad policial, la retirada de cargos contra los detenidos por las protestas, la retirada del calificativo de “revuelta” sobre las manifestaciones y la aplicación del sufragio universal para la elección del jefe del Ejecutivo local.

Carrie Lam goza, según las últimas encuestas, de la popularidad más baja jamás registrada por un líder del Gobierno local desde que Hong Kong regresó a manos chinas tras siglo y medio de dominación colonial británica.

Las manifestaciones comenzaron el pasado mes de marzo como oposición a una polémica propuesta de ley de extradición que, según abogados y activistas, podría haber permitido a Pekín acceder a “fugitivos” refugiados en territorio hongkonés.

Que nadie espere que esta victoria suponga un reblandecimiento de la tiranía

Éstas han movilizado desde junio a cientos de miles de personas y han dejado enfrentamientos entre algunos manifestantes violentos y la policía, a la que se ha acusado de abusar de su poder a la hora de disuadir las protestas.

Aunque a principios de julio las autoridades hongkonesas declararon “muerta” esa propuesta de ley, los manifestantes exigen que se retire oficialmente y han ampliado sus demandas con el objetivo de mejorar los mecanismos democráticos de la ciudad y, en definitiva, oponerse al autoritarismo chino.

La dictadura comunista ha cedido esta vez, pero sólo hasta aquí. Que nadie espere que esta victoria suponga un reblandecimiento de la tiranía. Al menos, mientras el mundo libre continúe cruzado de brazos y apoye, de forma directa, no a los manifestantes que piden la retirada de la ley de extradición, sino a los manifestantes que piden libertad, en Hong Kong y en Pekín.