• Los Kirchner en Argentina, los Ortega en Nicaragua...
  • Pero Hillary no seguirá los pasos de su marido Bill.
  • Tranquilos, todavía nos queda Michelle Obama.
Hillary Clinton aspiraba a ser presidenta de Estados Unidos y de haberlo conseguido se habría convertido en la primera mujer en ocupar el despacho oval de la Casa Blanca. Y ojo, porque también habría pasado a la historia, junto con su esposo Bill, como el primer matrimonio de dos presidentes estadounidenses. Sin duda, habría sido un aldabonazo a las democracias dinásticas que se dan en el planeta. Piensen, por ejemplo, en Argentina, donde Cristina Elisabet Fernández de Kirchner sucedió a su marido, Néstor Kirchner, en la Presidencia del país. Más reciente ha sido el último movimiento de Daniel Ortega en Nicaragua. El todopoderoso presidente ganó las elecciones del pasado domingo 6 de noviembre después de inscribir a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta. Como era de esperar, la oposición le ha acusado de querer perpetuarse en el poder y de pretender instaurar una "dictadura familiar". No van mal encaminados. Eso en cuanto a matrimonios, porque la lista es mucho más copiosa si hablamos de hijos que toman el relevo de sus padres. El más famoso, George W. Bush, que ocupó la Casa Blanca entre 2001 y 2009, después de que lo hiciera su padre, George H.W. entre los años 1989 y 1993. En esta misma línea, la hija del expresidente Alberto Fujimori, Keiko, estuvo a punto de llegar a la Presidencia de Perú este verano, pero fue derrotada in extremis por su rival, Pedro Pablo Kuczynski. En definitiva, la democracia dinástica ha sufrido un varapalo con la derrota de Hillary. Pero tranquilos, porque esto no ha terminado aquí, ni mucho menos. Todavía tenemos a Michelle Obama, que no dudará en presentarse a presidenta si ve alguna posibilidad de victoria. Eso sí, de momento tiene que abandonar la Casa Blanca. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com