Entraba Vox en el Congreso con 24 escaños, tras las elecciones generales del 28 de abril, que se traducían en el 10,26% de los sufragios. Alcanzaba entonces un punto de inflexión que ponía en entredicho la escalada del partido. Y es que si rompió las elecciones andaluzas del dos de diciembre pasado, con un porcentaje de voto del 10,97%, sobrevivía a las europeas -cinco meses más tarde- con el 6,3%. Este lunes, se conocía una encuesta de GAD3 para ABC que dan a la formación tan solo el 5,6% de los votos.

Aunque parezca mentira, no iban mal encaminados los resultados del CIS del pasado mayo, según el cual Vox dispondría el 5,3% de los votos. Cabe recordar que, según la misma encuesta, Santiago Abascal se estrenaba como el líder político peor valorado, con un porcentaje del 3,1. 

Se le ponen las cosas difíciles a Vox, que se ha quedado marginado por el cordón sanitario que le ha impuesto Ciudadanos, así como por el adjetivo que le acompaña: ultraderecha... y que poco tiene que ver con la ultraderecha europea. Ahora bien, no es el único partido que cae. Según la encuesta de GAD3, Podemos pasaría del 14,31% al 13%, una remontada que necesita tras los catastróficos resultados de la triple cita del 26-M