• Y con ello, Ana Botín inicia la descentralización corporativa del Santander.
  • La banquera imita el modelo Iberdrola: corporación mínima y 'movible'.
  • En principio, sin cambio de sede social, que permanecerá en Santander.
  • Todo ello, en paralelo al vaciamiento de la sede corporativa de Boadilla del Monte.
  • Tanto para la presidenta del como para el presidente de Iberdrola, los sectores regulados no deben estar al albur de un Gobierno.
  • Al menos, que lo estén de varios.
  • Así, evitan presiones políticas, mediáticas… y onegeras.
  • Todo gran banquero debe elegir entre patriotismo y cosmopolitismo. Una pista: el patriotismo no cotiza en bolsa.
A Ana Botín (en la imagen) le gusta el modelo Ignacio Galán. El presidente de Iberdrola lleva años (no se hace en un día) trabajando en una descentralización corporativa total, casi una deslocalización del núcleo directivo. Es decir, cada mes, la Corporación, los que realmente mandan, es más pequeña y, por tanto, más 'movible'. Y cada mes las franquicias por países adquieren mayor importancia y mayor personalidad jurídica. No mandan más, pero pesan más. Por el contrario, el núcleo de poder central, el corporativo, manda más y pesa menos. ¿Qué se consigue con esto? Pues esquivar mejor las presiones regulatorias, políticas, mediáticas (sindicales ya no, que los sindicatos a pintan poco en Europa) y onegeras. Sí, onegeras, porque la acción social, más o menos sincera, se ha convertido en parte fundamental de la empresa, especialmente si se disfraza de desarrollo sostenible y otras zarandajas. Y, además, si la presión de vuelve insoportable, la Corporación puede trasladar su sede en cosa de nada. Pues bien, Ana Botín aprovechará la absorción del Popular para imitar el proceso Iberdrola. En primer lugar, nacerá Santander España que hasta ahora, jurídicamente no existía. Un banco que ya tiene presidente (Rodrigo Echenique) y ahora vicepresidenta, Isabel Tocino. Sólo que todavía no existe. En paralelo, Ana Botín está desmontando Boadilla del Monte. Ella misma opera más desde Castellana 24, más cerca del aeropuerto Adolfo Suárez pero es que, además, le gusta tener un triple despacho: en España, Reino Unido y Brasil. No obstante, la sede Social del Santander seguirá en Santander, España. Otra cosa es la corporación. Al final, todo gran banquero, toda gran empresa, debe elegir entre patriotismo y cosmopolitismo. Una pista: el patriotismo no cotiza en bolsa. Ser cosmopolita hace mucho más moderno y, sobre todo, es mucho más opable, que es lo que les gusta a los que realmente mandan hoy en el mundo financiero: los fondos. Eulogio López eulogio@hispanidad.com