En Kenia, el Senado está preparando una ley de “salud reproductiva”, o sea, para aprobar el aborto. La excusa es la de siempre: que el aborto clandestino pone en riesgo la salud de las mujeres, informa C-Fam.

El proyecto de ley restringe la objeción de conciencia de los profesionales de la salud ya que su incumplimiento podría llevar consigo una pena de prisión de tres años y una multa de un millón de chelines keniatas.

También establece que “toda persona tiene derecho a la reproducción asistida”, donde esto se define como “el intento de obtener un embarazo por el manejo o la manipulación del esperma o de ovocitos fuera del cuerpo humano, y transferir el gameto o el embrión dentro del aparato reproductivo”. Tal derecho nunca ha sido aceptado como un derecho humano internacional y es muy controvertido en los países donde se ha debatido, añade C-Fam.

Para la aprobación del aborto colaboran algunos medios, como Reuters, que citaba una estadística según la cual, el 35 por ciento de las muertes maternas son causadas por “aborto inseguro”.

El proyecto de ley restringe la objeción de conciencia de los profesionales de la salud ya que su incumplimiento podría llevar consigo una pena de prisión de tres años y una multa

Pero C-Fam denuncia que los datos de Reuters son de encuestas de 1998, o sea que están anticuados. Y añade un estudio sobre muertes maternas en Kenia dirigida por el ministerio de salud del país encontró que sólo el 8,3 por ciento de las muertes maternas eran debidas a “resultados abortivos”, lo cual incluye abortos naturales espontáneos así como los inducidos. Esto es consistente con una revisión publicada en The Lancet por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual estimaba que, globalmente, las complicaciones de abortos y abortos naturales contabilizan un 7,9 por ciento de las muertes maternas.

Por otro lado, C-Fam recuerda que la Constitución de Kenia (2010) subraya que toda persona tiene el derecho a la vida, y que la vida de una persona comienza en la concepción.

Más de veinte grupos provida, incluyendo a obispos católicos y organizaciones evangélicas cristianas, hicieron pública una declaración conjunta exigiendo que el proyecto sea retirado sin enmiendas. Un proyecto similar fue propuesto en 2014 pero no logró convertirse en ley, debido en parte a la fuerte oposición de grupos provida, añade C-Fam.  

El Ministro de Salud de Kenia también ha pedido la retirada del proyecto. Su Secretaria Administrativa Jefe, Mercy Mwangangi, lo calificó de “fundamentalmente defectuoso,” haciendo notar que una parte “normalizaría el aborto bajo demanda, contrario a la Constitución y los valores del país”.

En cualquier caso, como es sabido, el Nuevo Orden Mundial (NOM), una de cuyas banderas es el aborto presiona en Africa e Hispanoamérica para conseguir que el infanticiido se legalice y, sobre todo, se convierta en práctica habitual en los países pobres. El NOM no sólo trata de legalizar, sino de promocionar.