Durante el estado de alarma se han sucedido las irrupciones e interrupciones en iglesias y catedrales mientras se celebraba la Eucaristía. ¿Por qué? Pues, sencillamente, porque el Gobierno Sánchez, utilizando la mentira, utilizó el estado de alarma para vulnerar, entre otros derechos, el de la libertad de reunión. Y lo hizo prohibiendo la libertad de circulación salvo para necesidades especiales (supermercados, farmacias, etc) y, por supuesto, acudir a misa no era una necesidad esencial. La salud del alma no importa.

Y a partir de ahí, la Policía interrumpió misas en la catedral de Granada, en San Fernando de Henares, en Madrid (Ciudad Lineal) y hasta en la azotea de una iglesia en Sevilla.

Ahora un Juzgado de Valladolid investigará el suceso que ocurrió en la catedral de la ciudad castellana el pasado 22 de marzo.

Aquel día varias patrullas de la Policía obligaron a suspender una misa que se iba a celebrar en la catedral de Valladolid alegando que había una aglomeración de personas. La realidad es que no eran más de una veintena de personas para una misa en un templo de grandes dimensiones como el de la catedral.

La Asociación Española de Abogados Cristianos denunció al delegado del Gobierno en Castilla y León por un posible delito de “interrupción de culto” recogido en el artículo 523 del Código Penal al considerar que los policías que llevaron a cabo dicha operación actuaron cumpliendo sus instrucciones.

Ahora, el Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid ha abierto diligencias previas por la interrupción de esta celebración religiosa por lo que investigará si esos hechos fueron constitutivos de delito.