Expresión asturiana: ¿Y eso que yé, oh? Cargada de buen sentido, expresa incredulidad ante un eufemismo, es decir, ante una estafa, material o intelectual.

Pedro Sánchez es como un teleñeco que repite un guión ya ensayado en público por su séquito. Lo de “justicia fiscal” es algo repite con ganas, y con mucho más salero que el presidente, la portavoz María Jesús Montero, la embustera más inteligente de toda la política española.

A Europa le importa un comino que Sánchez aumente ingresos o reduzca gastos: lo que le importa es no pagar el déficit ni la deuda españoles

El jueves, en entrevista con Antonio Ferreras, en La Sexta, periodista y medio de cámara de La Moncloa, Sánchez volvió a repetir un guión que, por cierto, ni el mismo sabe si va a poder cumplir. Pero es sincero cuando nos explica su propósito podemita: freírnos a impuestos. A la clase media española, digo. O sea, a todos los que se han ganado una mínima propiedad privada con su esfuerzo de años.

Digo que no sé si podrá hacerlo por varias razones: Bruselas podría no admitírselo. Entendámonos: a Europa le importa un pimiento que Sánchez diezme a los españoles con impuestos o que no lo haga. Lo que le importa a Bruselas no son los factores sino el producto, el resultado de la operación: que se controle el déficit público español. Y esto, sea reduciendo el gasto o sea aumentando los ingresos públicos (lo segundo conlleva más presión fiscal y, sobre todo, más esfuerzo fiscal), que no es lo mismo. A Bruselas, el camino que tomemos no le importa, con tal de que el resultado sea el que pretende.

Para Sánchez, justicia fiscal significa imponer más gravámenes a los españoles para que él pueda gastar más… y disponer de más votos cautivos

Así que la situación es esta: con la excusa de que los ricos paguen más, Sánchez pretende diezmar a impuestos a la clase media española. O sea, a casi todos. No podrá hacerlo sin Europa pero no se engañen: puede hacerlo con el beneplácito de Bruselas. Se aprovechará de una clase media española adocenada que le seguirá votando mientras tenga pose de estadista. ¿Lo entienden?

Para Sánchez, justicia fiscal significa imponer más gravámenes a los españoles para que él pueda gastar más… y disponer de más votos cautivos y mantenerse en el poder. Ese es el objetivo último.

La tentación es subir el IVA pero eso tiene dos problemas: es un impuesto ‘de derechas’ y es el gravamen con un fraude más difícil de combatir

Otrosí: la tentación es subir el IVA pero eso tiene dos problemas: es un impuesto ‘de derechas’ y es el gravamen con un fraude más difícil de combatir. Y en cuanto subir los impuestos a las empresa no puede hacerlo. España empiezan a estar mal visto para invertir por dos razones podemitas. Quieren derogar la reforma laboral y hay países donde se pagan menos impuestos.

¿Hay alternativa a la ‘razzia’ fiscal socio-podemita? Claro que sí: industrializar España, aunque sea endeudándose

¿Existe alternativa a esa sumisión de Sánchez a Europa para obligarnos a la clase media española a someternos a él? Sí, por supuesto: reindustrializar España. Dado que vamos a endeudarnos, sí o sí, endeudémonos para crear y producir, no para pagar subvenciones y votos cautivos.

Ahora bien, los dos únicos partidos que podían recoger esa bandera no lo hacen: el PP, porque, como siempre, no se atreve; Vox, porque ha entrado en una especie de indolencia que puede conducirle a la ruina.