La Junta General de Accionistas de Sacyr, celebrada este jueves en Madrid, ha sido un bálsamo de paz y tranquilidad, sobre todo comparada con la de 2018 en la que José Moreno Carretero, entonces el segundo accionista del grupo, fue expulsado del Consejo de Administración. Un año después, ni rastro del constructor a pesar de que aún posee el 8,1% de Sacyr. La empresa sigue estudiando si presentar o no la acción social de responsabilidad contra él. Ya veremos. Según Manrique, la empresa tiene cuatro años de plazo. Moreno Carretero, por su parte, sigue pendiente de que la resolución de la impugnación que realizó al Consejo que acordó su expulsión.

Lo que está claro es que la Sacyr de 2019 es mejor que la de años anteriores, aunque se ha jibarizado. “Hoy podemos decir que somos dueños de nuestro destino”, ha afirmado Manrique durante su intervención. “Podemos elegir socios y seleccionar proyectos, y tenemos acceso a financiación en buenas condiciones”, ha señalado. Es la vuelta a la normalidad, después de unos años muy complicados. Una normalidad centrada en el negocio concesional y no en el constructor: en 2018, el 75% del ebitda del grupo llegó de las concesiones, un porcentaje que en 2019 llegará hasta el 80% y en 2020, hasta el 85%. “Somos una empresa concesional con dos ingenierías y una prestadora de servicios·”, ha explicado, durante un encuentro posterior con los periodistas.

Panamá. El laudo más importante, no tanto por su cantidad -supone alrededor del 15% del total reclamado (4.600 millones de euros), esto es, unos 690 millones- sino porque decidirá sobre los problemas técnicos que surgieron por el basalto, es decir, decidirá sobre la base de todas las demás reclamaciones. “La línea en la que el tribunal de arbitrajes de Miami se pronuncie en este primer gran contencioso será piedra angular y marcará tendencia para el resto”, ha afirmado Manrique. En cualquier caso, la presencia de Sacyr en el Canal de Panamá finalizará el 30 de junio, que es cuando termina el contrato de mantenimiento de la infraestructura. Por cierto, con cero incidencias.

Apenas había motivo de queja en un año en el que, según Manrique, se han superado los objetivos del plan estratégico 2015-2020

Sacyr ha vuelto a la normalidad y eso se traduce en una reducción del número de intervenciones en la Junta -solo tres- y en el tono empleado en cada una de ellas. Apenas había motivo de queja en un año en el que, según Manrique, se han superado los objetivos del plan estratégico 2015-2020. Además, la participación del 8% en Repsol y su deuda asociada, ha dejado de ser una amenaza, lo que no significa, ni mucho menos, que estén pensando en deshacer posiciones. ¿Para qué vender si no tengo prisa y puedo ir cobrando el dividendo de la energética?

Y para terminar, los planes de futuro en Estados Unidos e Italia. El primero de ellos es un mercado muy atractivo con muchísimas oportunidades en el negocio concesional. En principio no está contemplada la adquisición de ninguna empresa allí. El crecimiento será orgánico gracias a los contratos que se vayan firmando. En Italia el panorama es aún más prometedor gracias a la autopista Pedemontana-Veneta, que está obteniendo unos resultados mejores de lo esperado. El futuro promete y, por eso, Sacyr está creando un fondo de infraestructuras de hasta 2.000 millones de euros junto a Fininc, su socio italiano. Manrique confía en que se adhieran al proyecto otros dos socios financieros.

El presidente ejecutivo, que ha sido reelegido por otros cuatro años, ha resaltado que el dividendo también subirá para dar una rentabilidad por encima del 5%, frente al 4,2% de 2018. Otra buena noticia para los accionistas… y para él, que posee el 1,53% de la constructora, perdón, de la concesionaria.