Junta general de accionistas, semipresencial, de Meliá, desde el Hotel Meliá Palma Marina, en Palma (Mallorca), aún no abierto al público. Sí, a 10 de julio todavía hay muchos hoteles vacacionales de nuestro país que no han abierto sus puertas. A estas alturas nadie duda de que el sector va a sufrir su mayor crisis de la historia, también a nivel mundial.

Pero el impacto del confinamiento será todavía mayor en nuestro país. “España nos preocupa”, ha afirmado Gabriel Escarrer Jaume, durante su intervención en la junta. Normal, porque la OCDE aseguró hace pocos días que España sufrirá como nadie la crisis económica. Urgen medidas para reactivar la economía y en eso está el Gobierno de Pedro Sánchez, al menos en apariencia.

Y como España vive principalmente del turismo, las medidas del Ejecutivo deben priorizar este sector. Escarrer, sin embargo, ha afeado al Gobierno que sólo haya destinado 4.267 millones de euros al turismo cuando otros países como Francia, competencia directa, ya ha comprometido 18.000 millones de euros. “Necesitamos algo más si queremos que nuestras empresas sobrevivan y que nuestro país siga siendo competitivo”, ha señalado.

A Escarrer, que también es presidente de Exceltur, tampoco le ha gustado la decisión de los gobiernos balear y catalán de imponer el uso de mascarilla, también en el interior de los hoteles, no tanto por las mascarillas -“su uso es importante”, ha dicho- sino por el hecho de no haber consultado la medida con los hosteleros y con los agentes sociales. Y es que, según Escarrer, en las últimas 48 horas, tanto en Baleares como en Cataluña, las reservas se han visto perjudicadas de manera “importante”.

Claves del futuro del sector: los viajes de largo alcance, de aventura y de congresos tardarán mucho más en recuperarse que los viajes de corto alcance y de nacionales. El segmento vacacional sufrirá menos que el urbano. Para que se hagan una idea del impacto de la pandemia, sólo la cancelación del Mobile de Barcelona supuso para Meliá perder 1 millón de euros de facturación.

El grupo que preside Gabriel Escarrer Juliá, sin embargo, se ha preparado financieramente y ha aumentado su liquidez -líneas de crédito- hasta los 600 millones de euros, además de aplazar el vencimiento de deuda, sin coste adicional. Y si algo ha adelantado el confinamiento ha sido la digitalización. Ya nada será igual. Por ejemplo, los más de 400 empleados del grupo que atienden el call center han teletrabajado sin ninguna incidencia. El resultado ha sido el mismo. Y no sólo el call center. Según Escarrer, a medio y largo plazo, entre el 15 y el 20% de los empleados que trabajan en la oficina corporativa lo harán desde sus casas.