• Si la empresaria angoleña no cede en el desblindaje de los derechos de voto, el banco español no seguirá adelante con la OPA sobre el banco luso.
  • El acuerdo pasa por un cambio en los estatutos de BPI que acabe con tope del 20% en los derechos de voto, al margen de la participación en el capital.
  • El avance es imposible: Caixabank no se resigna a que con su 44,1% (o más del 50% tras la OPA), no mande en solitario en la entidad.
  • Isabel dos Santos, la segunda mujer más rica de África con negocios en todos los frentes -hasta en los diamantes- torpedea la operación.
Caixabank se ha tomado sus plazos para controlar el Banco Portugués de Inversiones (BPI), por el que lanzó una OPA sobre la totalidad en febrero, pero el tiempo comienza a agotarse. El banco luso celebra su junta general de accionistas el próximo miércoles, día 17, pero para entonces es necesario salvar el principal escollo a la operación con el que ha tropezado el presidente del banco español, Isidro Fainé (en la imagen): la oposición de la empresaria angoleña Isabel dos Santos, segunda accionista del BPI, con el 18,6%, por detrás de Caixabank, que controla el 44,1%. El punto de discordia no es otro que el desblindaje de los derechos de votos, una condición sine qua non para Caixabank, lo que pasa por el cambio de estatutos de la entidad. Para que me entiendan, si eso no cambia, Caixabank, con su 44,1% del capital sólo tiene el 20% de los derechos de votos en la junta, que es el tope máximo que contemplan los actuales estatutos. ¿Dónde está la contradicción?: en que ese 20% de derechos de voto es prácticamente el mismo que tiene Dos Santos con su 18,6% de las acciones. De poco sirve tener la mayoría de un banco si no se manda en él. En otras palabras, si Caixabank no consigue llegar a un acuerdo con Isabel dos Santos para terminar que con ese bloqueo, el banco español renunciará a la OPA y abandonará Portugal. No hay más. Los planes de Fainé no han encontrado oposición ni en el resto de los accionistas. De hecho cuando el Consejo de Administración pidió a Caixabank que mejorará la OPA, y éste dijo que no, las acciones de BPI de dispararon en bolsa, un signo inequívoco de que a los portugueses les gusta Caixabank. La operación es vista con buenos ojos también por las autoridades portuguesas y comunitarias. ¿Qué quiere entonces Isabel dos Santos? Considera que la OPA, como protestó en un escrito ante la propia Caixabank a principios de marzo, será cosa del pasado si no mejora el precio. En plata, quiere más dinero por su 18,6% en BPI. De ahí sus presiones para no cambiar el desbloqueo en los derechos de votos. Y ¿qué tiene en cuenta Caixabank?: que el BPI, en fin, no vale más de lo que oferta. Y para ello tiene en cuenta tanto que el banco luso pierde dinero en Portugal, algo que no pasa con su filial Banco de Angola, que gana pero con unos riesgos desmedidos. La empresaria angoleña -es la segunda parte inevitable de esta historia- no es una empresaria cualquiera. Hija del presidente de Angola, Eduardo dos Santos, es la segunda mujer más rica de África y ha puesto todo su empeño en torpedear la OPA de Caixabank. No sólo pide más dinero; también planteó la opción de una fusión más conveniente de BPI con BCP para formar el primer banco portugués. Isabel dos Santos tiene una fortuna que quita el hipo en un imperio empresarial repartido entre África y Europa. Sus negocios se mueven en campos diversos: posee la licencia de móviles en Angola y tiene una liquidez extraordinaria que le llega de su participación en el sector financiero, el cementero, el petrolero, televisiones, las telecomunicaciones, las minas y, cómo no, también los diamantes, en un país tan rico en recursos naturales como Angola. Rafael Esparza rafael@hispanidad.com