Fernando Abril-Martorell ha renovado este jueves como consejero ejecutivo de Indra (renovación que implica su continuidad como presidente). Era uno de los puntos del orden del día de la Junta de Accionistas, que ha estado marcada por el discurso del presidente, en el que entraremos más adelante. Porque lo más importante es el futuro del presidente. ¿Para qué preocuparse de un discurso que puede perder vigencia en los próximos días? Sí, el futuro de Abril-Martorell continúa en el aire a pesar de haber renovado. Su puesto depende de lo que decida la nueva Sepi (18,7% de Indra) que preside de hace unos días el socialista Vicente Fernández Guerrero, ex interventor de la Junta de Andalucía. Habrá que ver, además, cómo quedan los dos consejeros que todavía representan a la Sepi, los 'peperos' Adolfo Menéndez y Juan Carlos Aparicio.

La SEPI no ha tomado aún ninguna decisión sobre la continuidad de Abril-Martorell como presidente pero, de momento, ha votado a favor de su reelección como cosejero dejecutivo, que ha contado con el 80,9% de apoyos o, si lo prefieren, con el 19% de rechazo. No se apuren, el 'no' viene motivado porque es presidente ejecutivo, una figura que no gusta a los proxis, que prefieren la de presidente no ejecutivo acompañado de un consejero delegado.

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Vamos con el discurso, que no deja buen sabor de boca. Y es que Abril-Martorell ha reconocido que la compañía tiene por delante un ejercicio con “desafíos muy exigentes” que, traducido, viene a significar algo así como, no vamos a alcanzar los objetivos previstos pero no se enfaden porque no habrá sido culpa nuestra.

Abril-Martorell ha afirmado que “el plan estratégico 2018-2020 sólo se podrá ejecutar con éxito en el contexto de una transformación cultural completa y una apuesta firme por el talento y las personas”. Clarísimo, aunque no tanto como lo que asegura la nota  de prensa: “2018 plantea unos desafíos muy exigentes, al suponer un año de transición entre periodos de reestructuración y de crecimiento, e incluir iniciativas que hoy suponen costes y cuyos frutos se verán en el futuro”.

Lo dicho: Indra no obtendrá un buen resultado en 2018. Lo ha dicho su presidente. El mercado, sin embargo, ha respaldado su discurso y la cotización ha subido un 0,5% frente a un Ibex que ha bajado un 0,8%.

 

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