• En víspera de la asamblea de Bilbao FG se trabaja a los 'proxy' y habla de un cambio de perímetro. En otras palabras, de una fusión.
  • Pero más que Estados Unidos -muy difícil- vuelve a pensar en Europa. En concreto con el germano Deutsche Bank.
  • Su obsesión es jubilarse como presidente del mayor banco de España: superar al Santander de Ana Botín.
  • Y como la soflama de la banca digital no da para más, González se ha enamorado de la fundación y de la 'frontera del conocimiento'.
  • Quiere pasar a la historia como el gran mecenas español de la ciencia y la tecnología. Un mecenas revolucionario.
  • Eso sí, cada día está más alejado del Gobierno en general y de Rajoy en particular.
  • Y Guindos no desaprovechará cualquier debilidad del banquero gallego. Por ahora, el BBV marcha bien pero sin pulso. O sea, muy digital.

A Francisco González (en la imagen) no le gustan los empleados con barba. Es su última manía. Antes no le gustaban los empleados obesos, pero eso parece que lo puede llevar mejor. Pero lo que no le gusta es no contar con el apoyo de los inversores institucionales, los verdaderos propietarios actuales de las grandes corporaciones, tanto financieras como industriales. Por eso, ante la Junta de Accionistas del próximo viernes, FG realiza una labor intensa de acercamientos a los 'proxy', los representantes de los fondos, con el fin, no sólo de obtener votos, sino de obtener apoyos a la gestión. No en vano el top 50 de los fondos posee casi el 30% del capital.

Para entendernos, a sus 70 años, FG busca una sucesión por fusión. En principio andando, pero si no puede podría quedarse como presidente honorífico y al frente de la Fundación, a la que cada vez dedica más tiempo propio y más dinero ajeno (el del BBVA). Emocionado está el presidente con sus "fronteras del conocimiento", galardones que quiere convertir en los premios de referencia científica y tecnológica en Europa. Así pretende perpetuar su memoria.

En cuanto a la banca digital… Entendámonos, FG se considera el autor del concepto, ahora bien, nadie sabe lo que es. Pero el problema mayor no es ese. El problema es que no sólo la banca se tiene que digitalizar sino toda la sociedad. Y ese es un proceso lento. En otras palabras: no se trata de digitalizar la banca sino de digitalizar al cliente. Y a lo mejor el cliente no tiene excesivo interés en que le digitalicen porque, por ejemplo, prefiere que le hablen las personas.

Volvamos a la sucesión por fusión que pretende González. Días atrás, citábamos como ejemplo un banco americano ahora deseoso de instalarse en España. Fuentes próximas a FG, que no fuentes de la dirección del BBVA -que no son próximas a FG- aceptan que esa es la idea pero no piensan en un banco norteamericano. En primer lugar, porque eso acarrearía muchos problemas políticos y, en segundo lugar, porque la banca americana entrará en tromba, no vía pacto, en Europa.

La sucesión por fusión es viable con un banco europeo. Por ejemplo, con una entidad que siempre ha constituido una obsesión para FG: Deutsche Bank. Y ojo, porque ahí podría hasta mandar. La gloria de la banca germana vale hoy en bolsa 30.000 millones de euros frente a los 55.000 que capitaliza BBVA. Además, el Deutsche no atraviesa su mejor momento pero posee una estructura de banca al por mayor potencialmente imponente, que opera en todo el área OCDE.

Ahí sí que podría jubilarse y cumplir su obsesión: ser el primer banquero del país y superar al Santander. Porque cuando FG se queda sólo, tras echar a Emilio Ybarra, el BBVA valía más que el Santander.

Otra cosa es que los alemanes estén dispuestos a soltar el Deutsche. Recuerden que cuando el City lanzó una opa sobre la entidad alemana, el Gobierno de Berlín preparó en 24 horas la fusión de los cuatro grandes bancos alemanes del momento como respuesta.

En cualquier caso, FG quiere jubilarse como el mayor banquero de Europa. ¿Ha quedado claro?

Tampoco conviene olvidar que FG se ha alejado de Rajoy y cuenta con la enemiga de Luis de Guindos, que no desaprovechará la menor debilidad en su gestión. Y tampoco olvidemos que el BBVA se dispone a presentar a sus accionistas un balance amable pero un poco muerto, falto de pulso… muy digital. Cita anual con los accionistas: hay que romper con esa imagen y mantener el apoyo de los fondos.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com