• Los legisladores italianos aprobaron una ley para permitir los testamentos en vida y, lo que es más importante, la denegación de cuidados al final de la vida.
  • Dicha ley permite a los italianos escribir testamentos vitales y rechazar el tratamiento médico, la nutrición artificial y la hidratación, sin la posibilidad de una objeción de conciencia.
  • Lo que es visto por los defensores de la vida como una puerta abierta a la eutanasia. Tienen buena vista.
El pasado jueves 14 de diciembre los legisladores italianos aprobaron una ley para permitir los testamentos en vida y la denegación de cuidados al final de la vida. La ley que acaba de aprobarse permite a los italianos escribir testamentos vitales y rechazar el tratamiento médico, la nutrición artificial y la hidratación, sin la posibilidad de una objeción de conciencia, informa 'One of Us'. 'Norme en materia di consensus informato e di disposizioni anticipate di trattamento' (el título italiano de la ley) ha sido aprobada por 180 votos contra 71 y seis abstenciones por el Senado italiano. El resultado dio luz verde a una medida que aprobó la Cámara Baja en abril. Permitirá a los enfermos disponer de un testamento previo y vinculante para el médico y los familiares. La decisión del paciente sobre la interrupción o no recepción de hidratación y alimentación artificiales en caso de incapacidad, quedará ahora establecida en el documento 'Disposiciones anticipadas de terapia' (DAT). La norma precisa que ningún tratamiento o procedimiento puede realizarse sin el consentimiento pleno, libre e informado, de forma escrita o a través de medios informáticos, del paciente o de los padres o tutores en el caso de menores. Esta ley sería, entonces, una puerta abierta a la eutanasia. "Definitivamente ha sido un día triste" ha dicho el cardenal Camillo Ruini, expresidente de CEI, Conferencia Episcopal italiana, de acuerdo con la línea del Papa Francisco y el cardenal Gualtiero Bassetti, actual presidente de CEI. Muchas voces en el mundo católico, entre asociaciones, los operadores de salud y juristas, se levantan en contra de esta ley aprobada sin el debate apropiado. Entre las voces que han condenado esta medida figura Mons. Giampaolo Crepaldi, arzobispo de Trieste, por su claridad. Con esta legislación "que se abre a la eutanasia, en una forma más pronunciada que en otros países (…) ha prevalecido… una ideología nihilista… así que Italia encontrará un futuro oscuro fundado en una angustiada libertad sin esperanza", ha observado el Arzobispo. "La libertad entendida como autodeterminación, que esta legislación afirma, no es capaz de reunir nada y nadie, ni siquiera el individuo consigo mismo. Tiene mucho problema que (…) las leyes desfavorables [contra la familia y la vida] hayan sido aprobadas en un contexto de notable indiferencia. Expreso mi placer y apoyo a todos aquellos que han trabajado/movilizado (…) para liderar/tomar esta batalla por el bien del ser humano", ha observado Mons. Crepaldi. El prelado ha subrayado que una parte del mundo católico "evadió el compromiso de defender valores tan fundamentales para la persona probablemente temerosa de crear muros en lugar de puentes; pero los puentes que no están basados ??en la verdad no duran ni se sostienen". "En un período como este podría prevalecer una sensación de desaliento. Es comprensible. Estas malas leyes aprobadas producirán sufrimiento para las personas. Al mismo tiempo, tenemos que recordar que la historia se mantiene abierta a nuevas formas y soluciones y se nos ofrecerán nuevas posibilidades de recuperación y redención… no se olvide de la existencia que es historia, pero también está el Señor de la historia. Confiamos en él para estar preparado para las nuevas oportunidades que Dios nos pondrá ante nosotros", ha concluido Mons. Crepaldi. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com