• Y encima está la 'Operación Lezo': ¿qué hacemos con Javier de Andrés?
  • Al final, Cospedal ha pedido tiempo para elaborar su plan industrial y cuenta con Indra.
  • Y es que la ministra de Defensa tiene tres frentes (Indra, Navantia y Airbus) en su apuesta por relanzar la industria militar española.
En Indra, las cosas no van tan bien como se espera. Y es que tiene dos problemas: los ingresos se estancan y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro (en la imagen), responsable de la SEPI, dueña del 18,75% de la tecnológica, quiere marcharse. Se pueden ver como dos patatas calientes que en cualquier momento pueden estallar. Como se vio en los resultados del primer trimestre, los ingresos se han estancado, al crecer sólo un 2%, y además, la cartera de pedidos (3.380 millones de euros) fue muy similar a la de hace un año. Dos aspectos que no reflejan mucho movimiento en la compañía que preside Fernando Abril-Martorell, que también se ha visto afectada por los largos meses de Gobierno en funciones, y ahora apuesta por negocios con márgenes más altos aunque no tengan cifras muy elevadas de ingresos. En cuanto a la SEPI, en Indra nos señalan que hay buenas relaciones y subrayan que cuando compró el 20% de Bankia lo hizo como una inversión transitoria, no eterna. Pero según otras fuentes, ahora Montoro quiere marcharse, a pesar de la revalorización de la acción ( 20,1% en 2016 frente a un Ibex que cayó un 2%). Por si esto no fuera suficiente, está la 'Operación Lezo' y ver qué hace con el Ceo, Javier de Andrés. Y es que es amigo personal del expresidente madrileño Ignacio González -hoy en prisión- y esposo de María Fernanda Richmond -también encarcelada-. Mientras, la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, ha pedido tiempo para elaborar su plan industrial y cuenta con Indra. En concreto, tiene tres frentes (Indra, Navantia y Airbus) para abarcar tierra, mar y aire en su apuesta por relanzar la industria militar española, pero no se confundan con la locura del polo militar industrial que pretendía crear su antecesor, Pedro Morenés, con su entonces segundo, Pedro Argüelles. Eso es el pasado, el futuro va por otro lado. En Indra, Cospedal quiere aprovechar el aumento de los presupuestos de Defensa, aunque aún se queden lejos del 2% del PIB que nos pide la OTAN y Trump. Su Departamento tendrá 5.758 millones (1,7% del presupuesto general), a los que se añaden 1.818 millones de los Programas Especiales de Defensa. Es decir, un 0,7% del PIB, aunque según los últimos datos de la OTAN, nuestro país aporta el 0,9%, por tanto, hay alguna partida que desconocemos. Y es que Defensa es importante para la tecnológica, especializada en sistemas de información para la Defensa: supuso el 22% de los ingresos anuales de 2016. En Navantia, Cospedal pretende potenciarla como astillero militar. Al hilo de esto, hace unos días, el Senado instó al Gobierno a poner en marcha un plan industrial para los astilleros de Navantia, entre ellos, los ubicados en la ría de Ferrol, la bahía de Cádiz y Cartagena. Y por último, en Airbus, el caballo de batalla es el avión de transporte militar A400M, que aún tiene problemas, acumula sobrecostes y podría sumar penalizaciones. Claro que el A400M también ha sido aprovechado por Alemania para difamar a los españoles, a pesar de que en nuestro país sólo se monta, pero las piezas se diseñan y fabrican en Francia y Alemania. Cristina Martín  cristina@hispanidad.com