• El Ebitda aumenta un 138%, pero no gracias a la gestión comercial, si no por el descenso de los gastos de personal debidos al ERE.
  • Abril Martorell no logra aumentar las ventas, que caen un 6% hasta septiembre.
  • ¿Será capaz la compañía de conseguir un buen margen comercial con la estructura que propone la actual directiva?
  • El mercado, claro, le da la espalda: las acciones se desploman más de un 10% durante la mañana del martes.
Este lunes, 24 horas antes del límite para presentar al regulador los resultados de las compañías cerrados a 30 de septiembre, INDRA ha comparecido al cierre del mercado para cumplir con este trámite. Yo, como creo que siempre he hecho, y en este caso con mayor motivo, me niego a hacer un análisis simplista de las cuentas presentadas y de la situación de la compañía, pues me resultaría muy fácil decir que INDRA ha salido de los números rojos y alabar la política de la actual Presidencia de Fernando Abril Martorell, que ha conseguido con su gestión logros tan importantes como que socios de referencia como Telefónica o Corporación Alba se estén replanteando sus inversiones en la compañía. Por partes, me parece simplista el planteamiento de que INDRA sale de los números rojos. Es cierto en términos puramente de balance, ya que el resultado neto presentado a fin de septiembre ha sido de 48,1 millones de euros (M€), mientras que el cierre al mismo mes de 2015 fue de -560,8M€. Entre medias de estas dos cifras hay que hacer énfasis en los -557,5M€ contabilizados como costes no recurrentes que a finales del ejercicio 2015 ascendían a 371M€ de provisiones por deterioro de contratos y proyectos onerosos, (vamos, proyectos suscritos con pérdidas), más los 104M€ por deterioros de fondos de comercio y otros 160M€ por ajustes de plantilla. Esta última partida corresponde a los costes del ERE presentado y aprobado a mediados del pasado ejercicio, sobre un total de 1.750 trabajadores entre los 59 y 63 años, la mayoría en España e Hispanoamérica, y con una oferta de prejubilaciones entre el 80 y el 90% de sus salarios en activo. A fecha de hoy este plan de reducción de plantilla se encuentra en su recta final y sólo quedan unas 400 plazas para completar la oferta inicial. Pese a que la cifra de contrataciones haya crecido un 3% en lo que llevamos de ejercicio, la cifra de ventas ha sufrido un descenso del 6%, que suponen 118,6M€ menos que en 2015. Por áreas geográficas, todas presentan descensos salvo Asia y Oriente Medio, que crece un 12%. Es destacable la caída del 20% en las ventas del área geográfica de América. España también sufre un descenso del 2%. El Ebitda se ha visto incrementado en 87,4M€, un 138% más que en 2015, pero a esta cifra no se ha llegado por el resultado de la gestión comercial, si no por el descenso en 82,7M€ de los gastos de personal debidos a los efectos del ERE antes citado. A mí personalmente me suscita una cierta incertidumbre sobre la rentabilidad comercial de la compañía una vez se hayan amortizado los efectos del ERE en los gastos de personal. ¿Será capaz la compañía de conseguir un buen margen comercial con la estructura que propone la actual directiva? Por cierto, en estos días pasados, la compañía ha comunicado en un hecho relevante un ajuste en la estructura que afecta a las áreas de mercados, geográficas y de producción. El resultado financiero ha mejorado ya que de los -48,5M€ se ha pasado a -30,4M€. En términos porcentuales representa un 18,1% debido a la situación bajista de los tipos de interés. La deuda financiera bruta de INDRA se sitúa en 1.044,9M€ y la deuda neta en 666,4M€, que representa un 5% menos que la registrada en septiembre de 2015. Esta deuda significa un ratio de apalancamiento de 3,1 veces el Ebitda. A la vista de las cifras que he ido desgranando, me parece meridianamente clara la incertidumbre que existe acerca de la rentabilidad de INDRA. El ejercicio presente puede parecer pasable por los resultados, pero no se ha de olvidar que son producto de un profundo ajuste de la compañía y que los ajustes son para situaciones críticas puntuales. En definitiva, no se puede andar eternamente de ajuste en ajuste para rentabilizar una compañía. Las rentabilidades de las empresas, por obvio que suene, se han de conseguir vendiendo mucho y gastando menos. Lo segundo lo consiguen los técnicos y lo primero, los vendedores. Y el actual presidente es financiero y parece que no sabe vender, por lo que, de momento, el panorama continúa siendo bastante obscuro. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com