Las diferencias entre Ciudadanos y Vox están poniendo a la derecha entre la espada y la pared, ya que para desbancar a la izquierda se necesita de un pacto a tres en varios territorios. No obstante, Albert Rivera insiste en llevar a cabo acuerdos a dos bandas, sin contar con el partido de Santiago Abascal. Por su parte, este último ha afirmado que prefiere el “harakiri político” antes que ceder al "chantaje" de Alberto Carlos. Mientras, en el PPPablo Casado autoriza a Asier Antona a "explorar" cualquier pacto en las islas, sin descartar al PSOE.

"Ha llegado el momento de abandonar las viejas trincheras de izquierda y derecha", insiste Rivera, confirmando lo que su número dos comunicó este lunes: "No va a haber mesas a tres". Y es que cede la responsabilidad a Vox de apoyar los pactos PP-Ciudadanos o servirle en bandeja a la izquierda gobiernos como los de Madrid, donde Manuela Carmena renovaría otra legislatura. A esto, Vox responde con una sucesión de mensajes en Twitter explicando su postura respecto a los posibles pactos:

Adoptando un papel de mediador, el PP se ha pronunciado pidiendo a Abascal que considere no hacer el "harakiri a sus votantes y a una mayoría social", según Javier Maroto. Asimismo, los populares mantendrán a lo largo de la tarde del martes dos reuniones clave en este momento: una en Zaragoza, con Ciudadanos, y la segunda, con Vox, en Madrid. 

Drama político a un día de que comiencen las reuniones de los líderes de los partidos con el Rey. Mientras, José Luis Ábalos -secretario de organización del PSOE y ministro de Fomento en funciones- pide a Ciudadanos que vete a Vox, como el PSOE veta a Bildu. Divide y vencerás.