Dos ministros renunciaron este domingo en Líbano, donde se registraron choques por segundo día consecutivo entre las fuerzas del orden y manifestantes enfurecidos contra una clase política a la que acusan de negligencia por la explosión en el puerto de Beirut, la cual dejó al menos 158 muertos, más de 6.000 heridos y a 300.000 personas sin hogar.

Se trata de la ministra de Información, Manal Abdel Samad y del ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Administrativo, Damianos Kattar.

La violenta deflagración, causada según el gobierno por la explosión de 2.750 toneladas de nitrato de amonio almacenado desde hace seis años sin ninguna medida de seguridad en el puerto de Beirut, ha dejado un cráter de 43 metros de profundidad, según una fuente de la seguridad, recuerda Swissinfo.

En ese contexto, la Iglesia católica se está volcando con el Líbano. Por ejemplo, Cáritas Líbano ha tomado medidas de forma inmediata para ayudar a las personas afectadas por la explosión. Su directora, Rita Rhayem, ha declarado: “Nuestros voluntarios se han movilizado de inmediato para localizar y ayudar a los heridos, que son llevados a nuestros centros de atención primaria, aunque lamentablemente ya están desbordados e increíblemente abarrotados, así como los hospitales. Falta de todo, incluida la comida para sostener a la población afectada”, recoge Fides.

La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada ofreció una donación de 250.000 euros en paquetes de alimentos para las familias más afectadas

Por su parte, La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada ofreció una donación de 250.000 euros en paquetes de alimentos para las familias más afectadas por la tragedia, publica Eclessia.

Esta ayuda de ACN se dirigirá a las familias más afectadas por el terrible accidente que devastó el área portuaria de la capital de Líbano y varios barrios cercanos, algunos de ellos de mayoría cristiana como Mar Maroun o Achrafieh.

Y el pasado domingo, el papa Francisco, tras rezar el Ángelus, renovó su pedido a la comunidad internacional para que ayude al Líbano tras la gravísima explosión ocurrida hace unos días en Beirut, que ha dejado la capital del país devastada.

Estas fueron las palabras del Pontífice, que recoge Infocatólica: “En estos días pienso a menudo en el Líbano. La catástrofe del martes pasado llama a todos, empezando por los libaneses, a colaborar por el bien común de este amado país. El Líbano tiene una identidad peculiar, fruto del encuentro de varias culturas, que ha surgido con el tiempo como modelo de convivencia. Ciertamente esta convivencia ahora es muy frágil, lo sabemos, pero rezo para que, con la ayuda de Dios y la leal participación de todos, pueda renacer libre y fuerte. Invito a la Iglesia en el Líbano a estar cerca del pueblo en su Calvario, como está haciendo en estos días, con solidaridad y compasión, con el corazón y las manos abiertas al compartir. Renuevo además el llamamiento para una ayuda generosa por parte de la comunidad internacional. Y, por favor, pido a los obispos, sacerdotes y religiosos del Líbano que estén cerca del pueblo y vivan un estilo de vida marcado por la pobreza evangélica, sin lujos, porque su pueblo sufre, y sufre mucho”.

El Líbano es el único país de Oriente Medio con una amplia presencia y representación cristiana. En los últimos años, venía acogiendo a un gran número de refugiados sirios e iraquíes, muchos de ellos cristianos, así como a refugiados palestinos desde hace décadas. Según datos oficiales, el Líbano acoge actualmente a casi dos millones de refugiados, lo que supone cerca de un tercio de su población total, recuerda ACN.