• El banco y su fondo de pensiones, que querían liquidez, desisten de la salida a bolsa por el rango de precios.
  • La eléctrica sigue en la misma posición, de control, y ya consiguió su parte: la fusión de Elektro y Neoenergia.
  • Galán está tranquilo (no altera sus planes en Brasil) y los socios tendrán que esperar: la operación se aleja.
  • Las elecciones en octubre de 2018 complican el escenario para replantear una OPV.
La salida a bolsa de la filial de Iberdrola en Brasil, Neoenergia, se ha estrellado finalmente por el rango de precios de la OPV, insuficiente para los dos socios de la eléctrica, Banco de Brasil y Previ, su fondo de pensiones. Por ese motivo han decidido suspender la operación, pero nada augura que se pueda replantear en plazos razonables. Hay que tener en cuenta que Brasil celebra elecciones en octubre de 2018, de las que depende el nuevo presidente y la composición del Parlamento, circunstancia política, en fin, nada propicia para ensayar otra oferta en un país como Brasil. La cancelación, en cualquier caso, deja un problema en los dos socios, que se habían planteado la operación por sus necesidades de liquidez. Ese fue el motivo que aceleró, previamente, la fusión de Elektro y Neoenergia, las inversiones de Iberdrola en Brasil, que dio el paso, a su vez, a la creación de gigante energético en la región, un objetivo del presidente de la eléctrica, Sánchez Galán (en la imagen), a quien España se le queda pequeña. El problema posterior fue el de cuadrar los precios, lo que provocó los aplazamientos posteriores de la OPV, de septiembre a diciembre, pero esa razón, finalmente, ha frustrado la operación, lo que deja atrapados en el grupo a los dos socios. Dicho de otro modo, Iberdrola, que controla el 52%, y que no se había planteado bajar del 50,45%, seguirá controlando. Banco do Brasil (9,35%) y Previ (38,21%), por su lado, tendrán que seguir esperando para que la empresa cotice en Sao Paulo. El rango de precios, entre 3,97 y 4,9 euros por acción, no responde a las expectativas de valoración que habían barajado los dos socios. Ahora bien, sorprende, en cualquier caso, que esos mismos socios no hubieran calzado antes un acuerdo de compra con potenciales inversores, como fondos de inversión, algo frecuente, como también que las negociaciones se rompan porque la oferta es demasiado cara. Toca esperar. Rafal Esparza