• En el exterior busca la coartada para crecer y compensar así las reformas energéticas.
  • Se lanza a grandes a proyectos en EEUU, Brasil, México o Reino Unido al tiempo que se aleja de las subastas en España.
  • Con Nadal no se entiende y eso tiene un peligro: el gobierno no le echaría una mano por problemas reputacionales.
  • Con la salida a bolsa de Neoenergia (Brasil) puede repetir el éxito de su filial americana Avangrid.
  • Y México, a contracorriente, venderá en el mercado mayorista tras el acuerdo con Comisión Federal de Electricidad.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán (en la imagen, a la izquierda), se mueve desde hace años con una máxima: nada mejor que salir al exterior para neutralizar el impacto negativo de lo que no le gusta del mercado patrio. Ha sorteado así los efectos de las reformas regulatorias (la reforma energética de Soria, la última de ellas) y las medidas fiscales.
"Yo no hago la política energética", ha repetido varias veces Sánchez Galán como crítica al Gobierno, especialmente crispada con el actual ministro de Energía, Álvaro Nadal (en la imagen, a la derecha). El distanciamiento con éste marca un guión paralelo, tras los encontronazos, sobre todo, por la fiscalidad aplicada a la energía nuclear.
Sánchez Galán y Nadal no se entienden y el rifirrafe entre los dos es mutuo, como ha escenificado la central de Garoña. Al mensaje de Galán contesta Nadal que ya está bien: que quien elabora la política energética es, en efecto, el Gobierno, pero son las empresas las que se deben adaptar a esa política, no al revés. Pero la internacionalización de Iberdrola como contrapunto viene de lejos. Por eso ha crecido, sobre esa estrategia, en Reino Unido, en primer término, al tiempo que se aleja de las subastas en España, y se ha lanzado después sobre EEUU, Brasil y México. Ahora bien, tiene un problema: que el Gobierno no le va echar una mano si le vienen mal dadas para los daños reputacionales de la compañía. Hay dos precedentes cercanos: la visita de los agentes de la Guardia Civil (UCO) a las sedes de la eléctrica en Madrid y Bilbao, en mayo -cuando se reabrió un caso de 2013 sobre una supuesta manipulación de precios-,  y en abril, tras la querella por la presunta trama en la instalación de parques eólicos en Castilla y León. Internacionalización  Iberdrola, sin embargo, acelera su internacionalización. En Reino Unido ya tiene el visto bueno para construir su mayor parque renovable (East Anglia Three), con una capacidad de 1.200 megavatios (MW) y una inversión de 3.300 millones. La próxima salida a bolsa de Neoenergia (tras la fusión de Neoenergia y Elektro) en Brasil da, de hecho, una oportunidad a la empresa para repetir la fórmula de éxito que ha tenido con su filial americana Avangrid, que aporta un 25% del beneficio neto (con datos del primer semestre). En paralelo, Iberdrola apuesta por México de la mano de su filial, en un momento en que la que las multinacionales se los piensan (por la inseguridad del país o la amenaza subyacente de Trump). Cuenta ya con una capacidad instalada de 2.000 megavatios (MW). Este martes, sin ir más lejos, ha suscrito un contrato con la Comisión Federal de Electricidad para que suministre gas, durante 24 años, a su central de ciclo combinado El Carmen (866 MW), la primera en ese país, con una inversión de 450 millones, para vender energía eléctrica en el mercado mayorista a partir de 2019. Rafael Esparza