• Baraja distintas opciones por su participación, sólo financiera, a la espera del plan estratégico.
  • La eléctrica trina por los fallos de gestión, los escasos frutos por las sinergias y el cerco al equipo español.
  • Podría vender su 8% pero la acción pierde un 42% desde la fusión, pese al repunte de hoy (4,6%) por el pedido de Orsted.
  • También puede unirse a los accionistas minoritarios para reclamar una OPA, de la que fue eximida.
  • El consejero delegado, Markus Tacke, se jacta de la amistad con Sebastián Albella (CNMV).

En Iberdrola han saltado todas las alarmas por la mala gestión de Siemens Gamesa desde la fusión, algo que no es nuevo porque se ha hecho eco de ello hasta su presidente, Sánchez Galán, pero que puede tomar cuerpo con distintas opciones, según fuentes de la eléctrica, para encontrar un nuevo destino a su actual participación del 8%. Dicho de un modo rápido: Iberdrola quiere pasar al ataque porque se siente engañada por la alemana. La espina dorsal su visto bueno a la fusión fue un plan de negocio y éste no se ha cumplido. Tampoco otros frutos que se esperaban, por ejemplo en las sinergias de la fusión y, encima, ha ninguneado al equipo de ejecutivos españoles en la compañía desde la incorporación del alemán Markus Tacke (en la imagen) como consejero delegado. Es lo mismo que está haciendo ahora el gigante alemán al tumbar el equipo español en su división ferroviaria. No son pocos reproches, al que se añade, pero ya es conocido, la pérdida de valor de la compañía por la penalización en bolsa, un 42% desde abril, cuando se selló la fusión. Y eso a pesar del repunte, este miércoles (4,6%), tras el anuncio del macontrato con Ørsted, el grupo danés al que suministrará aerogeneradores para su parque eólico marino (offshore) en Reino Unido, el mayor del mundo y, también, el mayor para la compañía hasta ahora (incluye también el mantenimiento). Las fuentes consultadas por Hispanidad recuerdan que la participación de Iberdrola ya no es industrial, como cuando tenía el 20%, sino financiera, y si los números no cuadran no le queda otra que sospesar opciones. No les cabe en la cabeza ni los dos profit warning que ha tenido que lanzar, que ponen de manifiesto los fallos de gestión, ni el retraso del plan estratégico, al que espera ahora,  partes iguales entre la ansiedad y el desencanto. Otra opción que bajara Iberdrola es unirse a los accionistas minoritarios para reclamar una OPA, una condición de la que eximió al gigante alemana la CNMV por el plan de negocio presentado, que sin embargo, no se ha cumplido. Es el motivo, en fin, que ha puesto al presidente de la CNMV, Sebastián Albella, en el alero por su vinculación con el bufete que asesoró la fusión, Linklaters, aunque Albella se ausentó de la reunión del regulador en el que se dio el visto bueno a la fusión. Este miércoles, ha insistido en su "abstención radical" en cualquier asunto de Siemens Gamesa que se trate en la CNMV. Con todo, el consejero delegado de eólica, Markus Tacke, se ha jactado de la relación de amistad con Albella, sin que esa sea una razón para no contemplar que la alemana sea obligada a lanzar una OPA. Otro frente de malestar para Iberdrola ha sido también el cierre de la planta de Gamesa de Miranda de Ebro (Burgos), que ya ha comunicado oficialmente a la Junta de Castilla y León. La compañía ha justificado el cierre de esa planta, dedicada fabricación de palas de los aerogeneradores, por el plan de ajuste con el que prevé despedir a 6.000 de su 24.000 empleados. Rafael Esparza