Ibercaja se ha negado sistemáticamente a fusionarse o a ser absorbida, y también a perder su espíritu de caja: la Fundación Ibercaja posee actualmente el 87,8% de Ibercaja Banco. A su histórico líder, Amado Franco, ni siquiera le gustaba la idea de salir a bolsa y abandonó la Presidencia en febrero de 2017. Tranquilos, la sombra de Franco es alargada aunque cediera todo el poder al CEO, Víctor Iglesias, y nombrara presidente a su amigo José Luis Aguirre.

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Ahora bien, a la entidad aragonesa no le ha quedado más remedio que ir cediendo poco a poco en sus ideales. En un primer momento, desde Zaragoza se buscó a uno o a varios fondos para que entraran en el capital. Fue la llamada Operación Pilar, adelantada por Hispanidad, y que no llegó a buen puerto. Tras ese fracaso, no quedó más remedio que dar el salto al parqué, pero sin prisa: el plan estratégico 2018-2020 no contemplaba la salida a bolsa para antes de 2020.

Aquello duró poco. En seguida se admitió que el estreno bursátil sería este año que ahora comienza, y en primavera. Luego llegaron los porcentajes: del 15 o 20 por ciento previsto inicialmente –la Fundación no debía perder la mayoría del banco– ahora se ha pasado, según publica este viernes Expansión, al 40%. Ibercaja pierde la mayoría del banco.