• Un paso más en la caza del ladrillo español después de haber reactivado el sector.
  • No compra suelo en el centro de Madrid, sino un solar en el Campo de las Nacionales (este).
  • Inveriplus, que gestiona activos tóxicos, apunta la Torre Ámbar (norte) a una socimi y, después, al MAB.
  • Más muestras de una nueva burbuja: lo mejor para forrarse es cotizar en bolsa.
Crucen los dedos. Si Hispania, la socimi participada por George Soros (en la imagen), el especulador americano de origen húngaro, ha comprado suelo en Madrid, la cosa en el sector inmobiliario cambia un pelín. Una cosa es comprar inmuebles -para ponerlos después en el mercado- y otra, muy distinta es suelo. A esto último pocos se atreven, dependiendo cómo y dónde, naturalmente. En el caso de Hispania, según el comunicado a la CNMV, hablamos de un solar que no está en el centro de Madrid, sino fuera en el Campo de las Naciones (en la vía de los Poblados número 1, en concreto, junto al parque empresarial Cristalia), una zona que prometía mucho aunque sigue bastante desierta. La nota de la sociedad cotizada de inversión inmobiliaria (socimi) precisa que la adquisición ha sido a través de la compra de la sociedad Mangareva Development, por valor de 32 millones de euros (IVA incluido) y que "contempla el desarrollo de dos edificios de oficinas en Madrid, que obtendrán la certificación LEED Platinum". La nota diferencial es que hasta ahora había invertido en activos inmobiliarios (hoteles y oficinas de oficinas, básicamente). Desde 2014, cuando debutó en bolsa, hasta el primer semestre, Hispania ha invertido 1.334,9 millones de euros. Y en 2015, dio buenas pruebas de cómo se está forrando en España con los inmuebles. Además de Soros (con el 16,7%), también están en Hispania John Paulson (9,85%), el multimillonario americano gestor de fondos y otros fondos de inversión. En paralelo, hay otro movimiento en el sector inmobiliario, prueba de boom inmobiliario, y razón de las nuevas tendencias en el sector. Nos referimos a la Torre Ámbar, situada en el norte de Madrid (Chamartin), en manos de Inveriplus, compañía en limpiar la cara a activos tóxicos. El edificio de viviendas fue proyectado para la venta -aunque sólo se vendieron la mitad-, se convirtió después en activo de referencia para alquiler (cosas del pinchazo de la burbuja) y en 2017 saldrá a cotizar en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), según informa El Economista. Y para ello ya ha creado una socimi, en la que se incorporará otro inmueble residencial. Todo está dentro de una moda que viene de atrás. Primero, compra de activos, después alquiler y finalmente, la salida a bolsa, ¿otra burbuja? Rafael Esparza