Tal vez no con ese nombre tan rimbombante -Comisionado de Defensa del Cliente de Servicios Financieros-, pero lo cierto es que el PSOE y Vox están de acuerdo en la unificación de la defensa del consumidor de servicios bancarios, de seguros y de inversión, ahora repartida entre el Banco de España, la Dirección General de Seguros y la CNMV.

La creación de esta figura restaría poder a los tres organismos, naturalmente. Ayer, lunes 18 de mayo, Rubén Manso (Vox) se mostró partidario de la medida y le preguntó a Pablo Hernández de Cos sobre la cuestión, aprovechando su participación en la Comisión sobre Asuntos Económicos, del Congreso. Pero el gobernador del Banco de España no contestó, tal vez porque el supervisor no quiere perder más atribuciones de las que ha perdido con la creación del Banco Central Europeo.

La iniciativa, sin embargo, no es de Vox, ni tampoco de Nadia Calviño, empeñada, desde 2018, en sacarla adelante. “Habrá que ver si las derechas también bloquean esta iniciativa que me parece imprescindible para los ciudadanos”, afirmó en febrero de 2019, durante una entrevista en RNE. Al final, no fue ningún rechazo, sino la convocatoria de elecciones lo que paralizó entonces el proyecto.

La iniciativa partió del Gobierno de José María Aznar, que quiso sacar de los propios organismos la figura del defensor del cliente. Porque, ¿cómo iba a defender el Banco de España a los preferentistas, si el Banco de España vio con buenos ojos que las entidades lanzaran preferentes para aumentar sus recursos propios? Esto no quiere decir, evidentemente, que el supervisor aceptara la manera en que se comercializaron las preferentes y que luego desembocó en lo que todos conocemos.

Pero no salió adelante y José Luis Rodríguez Zapatero, con Pedro Solbes como ministro de Economía (un visionario de la crisis), lo dejó caer en el más absoluto de los olvidos.

Calviño quiere unificar la figura del defensor del cliente de servicios financieros durante la presente legislatura, como Vox, pero Hacienda lo ha paralizado, de momento, por falta de presupuesto.