• A la vicepresidenta le interesa mantener buenas relaciones con Mediaset y Atresmedia. Otra cosa es que le interese a Rajoy.
  • PRISA también está ahora con Sáenz de Santamaría y el PP como nunca en su historia, y la COPE mendiga uno o dos canales en Moncloa.
  • El Gobierno, mientras, se entretiene con un concurso-trampa de TDT de seis canales: tres de calidad estándar (SD) y tres de alta definición (HD).
  • La primera trampa: abre la puerta a que Mediaset y Atresmedia, que dominan la televisión, recuperen los canales perdidos.
  • Y la segunda: el concurso será en octubre, en vísperas electorales.
  • Si el Supremo falla antes sobre los 8 canales concedidos por ZP, los canales pasarían a 14 y la decisión quedaría para la siguiente legislatura.
Lo del Duopolio televisivo en España es curioso. Es un problema que arrastramos desde hace años, pero pocos, como Hispanidad, le han llamado por su nombre desde el principio. Hoy el término avanza, afortunadamente, y nos congratulamos. Define una realidad: dos grandes medios, Atresmedia (Antena 3 y La Sexta) y Mediaset (Telecinco y Cuatro) que se embolsan entre ambos el 92,5% de la tarta publicitaria, aunque tengan juntas el 60% de la audiencia, no el 92,5%, según los datos del segundo semestre del segundo semestre de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC). El Economista recoge hoy miércoles las declaraciones José María Marín Quemada (en la imagen), presidente del organismo, muy crítico con la situación. No es para menos. Las declaraciones de Marín Quemada en el Foro de la comunicación, recogidas en la información de África Semprún y Rubén Esteller, no dejan lugar a dudas: "A nosotros los duopolios nos ponen extremadamente nerviosos, por no hablar ya de los monopolios. Cuando lo que tenemos son tres actores, la situación nos inquieta y solo cuando tenemos cuatro, estamos más tranquilos". Verde y con asas. O si lo prefiere, hasta la CNMC se cansa del Duopolio televisivo, al que ha puesto fin hasta México, dando ejemplo a España. Marín Quemada habla de cuatro grandes grupos, pero podrían ser más incluso, ¿por qué no? Y en cualquier caso, ¡sólo dos, como ahora, no! Algo es algo, pero estamos muy lejos de un modelo de televisión gobernado desde dos máximas necesarias: competencia y pluralidad. La cuestión es más sangrante cuando hablamos de cifras: de los 448,9 millones de euros de ingresos publicitarios en el último semestre, 405,3 fueron a parar a las arcas de los dos grandes grupos. El resto, 43,6 millones (el 4%), es la migaja que se repartieron los demás canales nacionales en abierto, que cubren hasta el 95% de la audiencia restante. En fin, un desequilibrio notorio. El debate en el que entra públicamente Marín Quemada coincide prácticamente en el tiempo con el anuncio de la licitación de seis nuevos canales de TDT, tres de calidad estándar (SD) y tres de alta definición (HD), que abre la puerta a que Atresmedia y Mediaset recuperen parte de los canales perdidos hace un año y también a la entrada de nuevos grupos, como PRISA y la COPE, que mendiga un canal o dos en Moncloa. El presidente de PRISA, Juan Luis Cebrián, dijo este martes 20, que ahora quiere luchar contra el Duopolio de TV y por eso estudian presentarse para pujar por uno de los canales en abierto, del mismo modo que 13 TV. Prisa, además, se suma también a los apoyos a Soraya y están tratando al PP como nunca hasta ahora, a pesar de la inevitables puyas por corrupción y en tantas cosas en las que los populares hacen méritos. Es díficil dar la espalda a la realidad. Pero eso es una cosa y otra, muy distinta, es ser tan indulgente como El País actualmente con la gestión de un gobierno conservador. Fue la vicepresidenta del Gobierno, Sáenz de Santamaría, tras el último Consejo de Ministros, quien anunció el concurso-trampa de seis nueves canales de TDT, que no se decidirá, ojo, hasta octubre, en vísperas de las elecciones generales. Y es que a Soraya Sáenz de Santamaría le interesa llevarse bien con los grandes medios y lo ha conseguido: el termómetro inconfundible es lo a salvo que está de los ataques, a diferencia de Rajoy, culpable de todos los males del país. Es la razón de que la vice se haya esmerado tanto con Mediaset y Atresmedia, pero ya saben cómo funcionan las cosas, como lo del palo y la zanahoria o lo del chantaje permanente. El Gobierno pide al Duopolio que se porte bien y sean buenos chicos (que no ataquen tanto al Gobierno y al PP con tanta vehemencia), y los dos grupos contestan con coces, que para eso tiene a Cuatro y La Sexta. De ahí, la primera parte de la maniobra en el concurso-trampa de la TDT. Se lo explico. Según el Gobierno, ningún operador recibirá más de un canal por sistema (uno por calidad estándar o SD y otro por Alta definición o HD). En decir, 1 1. Se traduce en una maldad, entiéndanme: teniendo en cuenta que el Duopolio domina la televisión española, el plan de Soraya consiste en devolver a Telecinco los dos canales que le quitaron por la sentencia del  Tribunal Supremo y por el dividendo digital, y dos de los tres que le quitaron a Atresmedia por igual motivo. Todavía quedarían dos canales más a repartir, y en ello están la COPE y Prisa. La segunda parte del concurso-trampa es que la concesión de esos canales será en octubre, en vísperas de las elecciones. Y la cosa tiene su enjundia, si tenemos que en cuenta que el Tribunal Supremo analiza todavía la concesión presuntamente errónea de los ocho canales de Zapatero (tres de Tele 5, dos de Antena 3, dos de Unedida y uno de Vocento) y que podría fallar precisamente antes de octubre al respecto. En ese caso, el concurso ya no sería de seis canales, sino de 6 8; o sea de 14 canales. La excusa perfecta -la complejidad técnica-, para dejar el tema para la siguiente legislatura. La cosa promete. Rafael Esparza rafael@hispanidad.com