• El objetivo era satánico dado que los ladrones no se llevaron ningún otro objeto de valor.
  • Sabían perfectamente lo que buscaban: forzaron la puerta de la sacristía y la caja fuerte donde se guardaba la Reserva.
  • Las profanaciones eucarísticas se multiplican en España.
  • El sacrilegio se ha convertido en una de las claves de la civilización actual.
  • Y la policía no hace nada porque la Sagrada Forma no tiene valor económico.
Ocurrió en la madrugada del viernes 4 de noviembre en el colegio Peñalba, de Valladolid, un centro de enseñanza de Fomento, cuya formación espiritual está encomendada al Opus Dei. Unos ladrones entraron en el edificio, llegaron hasta la sacristía y robaron una Forma Consagrada. Sí, sólo una. Hablamos de una profanación eucarística -la más grave de todas las profanaciones posibles- en toda regla, llevada a cabo con la peor de las intenciones y preparada con una precisión asombrosa. De hecho, es una de las cosas que más sorprendió a los responsables del colegio cuando llegaron el viernes por la mañana. La imagen era desoladora: todas las puertas del centro reventadas, incluso la de la sacristía, la única blindada precisamente porque en su interior se guarda la Reserva, esto es, las Formas Consagradas cuando el colegio está cerrado. Y la Reserva no se guarda en cualquier lugar, sino en una caja fuerte destinada únicamente a este fin. Los ladrones sabían perfectamente lo que querían. Para empezar, sólo reventaron las puertas que necesitaron hasta llegar a la sacristía. Y una vez allí, fueron capaces de echar abajo, no sólo la puerta blindada, sino incluso la de la caja fuerte. Es evidente que habían preparado el asalto con antelación y de una manera minuciosa. En cualquier caso, lo que más sorprendió a los agentes de la Guardia Civil que acudieron al colegio fue que los ladrones, después de todo, sólo se llevaron una Forma Consagrada. Evidentemente, es a lo que iban. No se llevaron, por ejemplo, ni el copón ni la teca, ambos de oro y que tuvieron en sus manos. Estamos hablando, pues, de una profanación eucarística en toda regla. Y mucho cuidado, porque lamentablemente, de un tiempo a esta parte, las profanaciones eucarísticas se están multiplicando en España. Y es que el sacrilegio se ha convertido en una de las claves de la civilización actual, una civilización que se aleja de Dios a marchas forzadas. No es casualidad, además, que lo sucedido en este colegio de Valladolid haya ocurrido cuatro días después de Halloween, una fiesta aparentemente inocente -Satanás se encarga de que así sea- pero que consiste en prescindir de la vida eterna y quedarse con la muerte. De hecho, las profanaciones se multiplican en torno a estas fechas. Hace dos semanas las sufrieron dos parroquias de Valladolid y hace un mes, otra de Ocaña. Y esas son las que hemos conocido, porque hay muchas otras que no trascienden a la opinión pública. A todo esto, ante hechos como el que hemos contado, la policía no hace nada porque la Sagrada Forma no tiene valor económico. Estamos hablando, nada más y nada menos, que del Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesucristo, que se esconden bajo la apariencia de pan y de vino. Por eso, durante el pasado viernes, en el colegio Peñalba se sucedieron actos de desagravio ante Jesús Sacramentado que se prolongarán durante los próximos días y semanas. Y seguro que eso servirá para que más de uno escuche la llamada de Jesús y responda a su Voluntad. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com