La vivienda se ha encarecido un 30% en los últimos cuatro años, según la estadística del Colegio de Registradores y, aunque aún está por debajo de los niveles precrisis, sigue acercándose a los máximos alcanzados en 2007 (la distancia ya es solo del 16%). Un escenario ante el que es inevitable hacerse preguntas, como: ¿estamos ante otra burbuja inmobiliaria? ¿también estallará? 

Y por cierto, no hay que olvidar que no sería una burbuja inmobiliaria igual a la que ya se vivió. En concreto, sería una burbuja doble -inmobiliaria y financiera- debido al auge de las socimis, cuya lista no para de crecer (es habitual que cada semana haya una nueva que debuta en el parqué).

Ojo, sería una doble burbuja -inmobiliaria y financiera- por el auge de las socimis 

En 2018, el precio de la vivienda se disparó un 8,2%, lo que supone la mayor subida de la década. Pero los expertos ya apuntan a una ralentización, sobre todo, si se comparan los datos del cuarto trimestre de los dos últimos años:

  • en 2018, el precio ha subido un 2,13%, tras registrar el primer descenso (-0,3%) en catorce trimestres consecutivos al alza entre junio y septiembre
  • en 2017, el precio se disparó un 19,8% en el periodo octubre-diciembre

“El incremento de precios de la vivienda no resultaba sostenible ni deseable en la actual situación económica. Un intenso crecimiento de los precios no podía ser asumido por un mercado formado por potenciales demandantes cuyas rentas no pueden llegar a absorber intensos crecimientos de precios. Esa situación de mercado, tarde o temprano, produce el correspondiente ajuste”, han señalado los registradores.

La compraventa también se mueve al alza: 516.680 operaciones, un 11,3% más que en 2017, y hay una progresiva recuperación de la demanda británica

Asimismo, la compraventa sigue al alza: 516.680 operaciones, un 11,3% más que en 2017. Eso sí, en tasa intertrimestral, entre octubre y diciembre, la compraventa bajó un 9,8%, hasta las 120.199 operaciones, aunque la realizada por extranjeros experimentó una mejora y ya representa el 12,66% del total. En términos anuales, las operaciones de extranjeros han descendido en casi 15.000 compras, encabezadas por los británicos (16,6%), seguidos de alemanes (7,72%), franceses (7,43%), belgas (5,77%) e italianos (5,07%). Pero los registradores destacan la progresiva recuperación del peso de la demanda británica, que tras conocerse el Brexit tuvo una significativa caída.