• Es la encargada de aplicar las normas que supervisan y regulan el sector bancario en los países de la Unión Europea.
  • Ahora es importante, aunque lo más probable es que vaya perdiendo relevancia.
  • En unos años será el BCE el que ostente la mayor parte de las competencias.
A ver si nos entendemos: que el Brexit vaya a provocar que Londres deje de ser la sede de los principales bancos de inversión del mundo y de los fondos de capital riesgo más agresivos del planeta, es poco probable. La 'city' seguirá siendo, junto con Nueva York, el epicentro de las finanzas mundiales. Ahora bien, no tendría ningún sentido que, tras el Brexit, la capital británica albergara la sede de un organismo europeo. Ya lo anunció la propia UE en verano y es lo que quiere aprovechar Luis de Guindos (en la imagen). El ministro de Economía e Industria se ha fijado, concretamente, en la Autoridad Bancaria Europea (EBA por sus siglas en inglés), cuya sede quiere trasladar a Madrid. Sin duda, sería un reconocimiento al papel cada vez más destacado de España en la economía europea. Pero no se hagan ilusiones: ni alemanes, ni franceses ni italianos van a ceder fácilmente a la petición de Guindos. Hablamos de la EBA, la "encargada de aplicar un conjunto de normas armonizadas para regular y supervisar el sector bancario en todos los países de la UE", señala la institución en su página web. "Su objetivo es crear un mercado único de productos bancarios en la UE que sea eficiente, transparente y rentable", concluye. Es decir, se trata de un organismo que ahora tiene mucha importancia pero que, probablemente, la vaya perdiendo con el paso de los años y a medida que el Banco Central Europeo, con sede en Frankfurt, vaya asumiendo más competencias. Todo esto, claro, dicho con las salvedades de un modelo que no acaba de asentarse completamente y que avanza a un ritmo desesperante. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com