Desde que se rompieron las conversaciones con el BBVA -y tangencialmente con Kutxabank, como adelantó Hispanidad-, el Sabadell sólo piensa en seguir en solitario. Su consejero delegado, Jaime Guardiola, lo ha justificado de la siguiente manera:

“Las fusiones tienen sentido si permiten ganar escala por las sinergias de costes. Eso es muy evidente cuando tienes un modelo retail porque los márgenes de ese tipo de clientela muy baja. Pero en el mundo de las empresas y de los clientes ‘affluent’, donde trabajamos nosotros, no es tan importante”, ha señalado este lunes durante un encuentro financiero.

Fusiones no, pero reducción de costes sí. No existe otra alternativa y el banco que preside Josep Oliu ya se ha puesto manos a la obra, tanto en España como en Reino Unido, donde el plan de ajuste de 100 millones se llevará a cabo en dos años y no en tres como estaba previsto inicialmente. El ajuste en nuestro país, donde el banco ha cerrado 225 oficinas durante este ejercicio, lo anunciará durante la presentación de resultados de los nueve primeros meses.

Como el resto de banqueros, Guardiola confía en que el BCE levante la ‘recomendación’ de no repartir dividendo. “Este sector no puede seguir siendo no invertible porque eso puede estrangular el crecimiento económico”, ha señalado.